0 SANTA PONÇA: Miguel (2), Santi (2), Munar (2), Pedro (1), Óscar (2), Xisco (1), Juanan (2), Rafita (1), Márquez (2), Moya (2) y Cifre (1).
Cambios: Ruiz (1) por Rafita y Cabot (1) por Márquez.
0 PENYA SANTA EULÀLIA: Vicente (2), Aljama (2), Daroca (2), Toni (2), Fermín (2), Edu I (2), Edu II (1), Cruz (2), Navarro (2), Gonzalo (2), Jorge (2).
Cambios: Carry (-) por Jorge, Iván (2) por Navarro, David (2) por Edu II.
ÀRBITRO: Pérez Palacios (0). Mal.
LO MEJOR: La alegría
LO PEOR: El calor
La Peña Deportiva Santa Eulària hizo realidad el objetivo planteado desde principio de temporada, jugar la liguilla de ascenso. El empate logrado en su visita al municipal de Santa Ponça permite a los de Toni Ortíz estar en el sorteo que abre las puertas a la Segunda División B.
Cero a cero, el partido no dió para más, pero es justo lo que la Peña tenía que hacer para colarse en la liguilla de ascenso a Segunda División B. El sorteo se realizará el miércoles a las cinco de la tarde. Los rivales de la Peña aún no se conocen pero si se sabe que serán de los grupos de la zona de Cataluña, Murcia y Valencia. A los de Ortiz y Oliver les tocará un primero, un segundo y un tercero de cualquiera de esas zonas, con los que deberán disputar la liguilla a partir de este mismo domingo.
En un choque carente de buen fútbol, pero plagado de emoción e incertidumbre por las noticias que llegaban desde Sa Pobla, los de Santa Eulalia supieron controlar a un rival que quería sellar la temporada del retorno a Tercera División de la mano de Tolo Vich con un digno resultado en su despedida de sus numerosos incondicionales.
Al final, y después de muchos minutos de incertidumbre, la alegría estallaba en el seno de la expedición ibicenca, que veía recompensado el buen trabajo realizado en el transcurso de los últimos meses, y que vale la opción de intentar repetir el asalto a la categoría de bronce del fútbol español.
Aunque la Peña no hubiese hecho su trabajo, el sporting Mahonés no hubiese inquietado sus opciones, ya que los menorquines perdieron 3-0 ante un Poblense que no les dejó moverse.