Felipe Recuero - FOLGARIA
El ciclista ruso Pavel Tonkov, del equipo italiano Lampre, se llevó
la decimoséptima etapa del Giro de Italia, que pasa a estar
comandado por el italiano Paolo Savoldelli (Alexia), segundo en la
jornada. Tonkov, ganador del Giro en 1996, invirtió en el viaje
entre Corvara Badia y Folgaria paso Coe, de 222 kilómetros, siete
horas, 24 minutos y 57 segundos, dos minutos y once segundos menos
que el italiano Paolo Savoldelli, que pasa a ser el nuevo líder de
la prueba, seguido por su compatriota Pietro Caucchioli a 55
segundos, el estadounidense Tyler Hamilton, a 1:28, y el español
Juan Manuel Garate, a 1:29 minutos.
El Giro agota sus últimos kilómetros y lo hace sin cambios, es decir, con los sobresaltos habituales desde que se inició el día 11, en la localidad holandesa de Groningen. Los asuntos de dopaje han restado protagonismo a lo meramente deportivo y por ello que la tensión, los nervios, entre los que quedan estén a flor de piel, especialmente en las jornadas claves. Los asuntos de dopaje volvieron a ser el comentario general en los prolegómenos de la salida, ya que en la noche, la policía italiana interrogaba a los equipos italianos implicados en casos de dopaje en la presente edición.
La NAS, un cuerpo especial de la policía italiana encargada del control de los alimentos, visitó los hoteles donde se encontraban los equipo Saeco, Mercatone Uno, Panaria y Mapei para tratar de conseguir más datos sobre los positivos que han dado algunos de sus corredores en la presente edición del Giro. Una especie de redada que sirvió para crear la confusión en el pelotón. Se pensó que era una acción similar a la del pasado año, en San Remo. Afortunadamente no fue así, aunque en la salida se llegó a hablar de un plante de los corredores por lo sucedido.
Acontecimientos que volvieron a condicionar el desarrollo de la etapa, pues muchos de los kilómetros se hicieron a ritmo de cicloturistas y prueba de ello es que en las tres primeras horas de carrera la media fue de 28 kilómetros. Los míticos Gardena, Sella y Santa Barbara no resolvieron nada. Se subieron a tren, parecía que cada cual se conforma con conservar lo conseguido y posición que tiene ahora.