Óscar González. INCHEON.
Costa Rica y Turquía juegan hoy en Incheon una final anticipada del
grupo C, el partido que asegurará el pase a los octavos de final
del Mundial del conjunto de Alexandre Guimaraes o la supervivencia
de la selección turca.
Para Turquía está claro. Una derrota le envía de regreso y el
empate le obligaría a derrotar a China por más de dos goles.
«Para nosotros, el partido contra Costa Rica siempre ha sido una
final, porque si hubiésemos ganado a Brasil, otra victoria nos
pondría en la segunda fase», dijo el seleccionador turco, Senol
Gunes.
El equipo «tico» ha hecho unas cuentas parecidas, porque su técnico, Alexandre Guimaraes, quería llegar al último partido, frente a Brasil, con la tarea cumplida, sin la presión de jugarse el pase a octavos frente al tetracampeón.
Por eso, Costa Rica se ha prepara para un duro partido, dominado por el músculo. «Conociendo el temperamento de los turcos, sé que se va a venir con todo y estamos preparados para eso», ha dicho Guimaraes, que aguarda un rival «extremadamente competitivo, muy agresivo».