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Balonmano

España recupera el espíritu de Túnez y arrolla a Alemania

España 30 Alemania 22ESPAÑA: Hombrados; Rocas (3), Belaustegui (3), Asier Antonio (-), Davis (2), Garabaya (3) y Chema Rodríguez (-) "equipo inicial", Sierra, Alberto Entrerríos (3), Raúl Entrerríos (2), Juanín García (8, 2p), Romero (1p), Ortega (2) y Aguinagalde (3).

ALEMANIA: Fritz; Kehrmann (4), Zeitz (2), Baur (3'1p), Hens (1), Jansen (-) y Klimovets (4) "equipo inicial", Bitter, Roggisch (-), Klein (2), Preiss (1), Glandorf (4), Kraus (1) y Kaufmann (-).

Parciales: 3-3, 4-5, 5-8, 9-9, 11-10, 12-12'15-13, 17-14, 20-14, 23-17, 26-20 y 30-22.
Àrbitros: Poladenko y Chernega (Rusia). Excluyeron por dos minutos a Davis, por España, y a Roggisch y Preiss (2), por Alemania.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la tercera y última jornada del grupo C, disputado en el pabellón Haukelandshallen de Bergen ante unos 2.500 espectadores.

Efe
España logró la clasificación matemática para la segunda fase tras imponerse por 30-22 a Alemania en un encuentro en el que el equipo nacional, por fin, despertó y, de la mano de un inconmensurable José Javier Hombrados, recuperó las señas de identidad que le han permitido lograr en tres años un oro mundial y una plata continental.

Tras insistir por activa y por pasiva Juan Carlos Pastor en la necesidad de dar continuidad al juego de ataque, el equipo español, por fin, pareció hacer caso al seleccionador, y aparcó por primera vez en el campeonato las acciones individuales, que habían plagado de imprecisiones la ofensiva. Por primera vez, el balón circuló de lado a lado, para acabar por los extremos, donde Albert Rocas demostró por qué está considerado uno de los mejores finalizadores del mundo.

Lástima que España no siguiera igualmente los consejos de Pastor en defensa, donde el seleccionador ha insistido una y otra vez en la necesidad de incrementar un punto más la intensidad, especialmente en lo referente al control del pivote, desde donde Klimovets machacó una y otra vez la portería española. Igualmente incapaz se mostró el equipo nacional de defender los desdoblamientos del central Markus Baur, así como del extremo Florian Kehrmann.

Pero la selección española, consciente de lo mucho que estaba en juego, no estaba dispuesta a tirar tan pronto la toalla, y así tan sólo bastó un poco más de concentración en las marcas, e insistir una y otra vez en un elaborado juego ofensivo para mantener la igualdad en el tanteador. De esta forma, el combinado nacional se vengó de los alemanes y pasa a la segunda fase, en la que partirá con una victoria (ésta) y una derrota (la de Hungría).

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