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Automovilismo | XXXII Pujada a sa Cala de Sant Vicent

Vilariño destroza el récord

El piloto vasco supera el mejor registro de la historia de la competición con un crono de 2'02''373

Andrés Vilariño,durante una de las mangas oficiales. | Daniel Espinosa

| Eivissa |

Récord y victoria. Andrés Vilariño se coronó ayer en la XXXII Pujada a sa Cala y pulverizó el récord de la prueba a bordo de su barqueta Norma M20fC. Nadie antes lo había batido desde que Aitor Zabaleta marcara un registro de 2'05''905 en el año 1998. El piloto vasco paró ayer el crono en 2'02''373 en la primera manga, más de tres segundos por debajo del récord de la prueba de automovilismo.

A sus 65 años, Vilariño sigue como una bala sobre las dos ruedas, esta vez para disfrute de los más de 5.000 aficionados que se dieron cita en Sant Vicent. El segundo cajón de la general fue para José Joaquín Fernández con su Silver Car EF10. El ibicenco paró el crono en 2'12''119, más de nueve segundos que la marca cosechada por Vilariño. Por detrás, el mallorquín Pedro Mayol entró por línea de meta con un tiempo de 2'14''155.

La XXXII Pujada a sa Cala reunió ayer a unos 5.000 amantes del motor, que no se perdieron un solo detalle de la prueba de automovilismo. Desde las 09.00 horas, parte del público ya se adjudicó un espacio para presenciar de cerca a estos guepardos del asfalto. Además, cabe destacar que al récord de Vilariño se unió éste año el del número de coches participantes. Un total de 56 vehículos de todas las categorías se dieron cita en la línea de salida de la Pujada a sa Cala.

El trazado de la competición contaba con una distancia de cuatro kilómetros con curvas prolongadas, otras enlazadas y rectas para pisar a fondo el acelerador. Más que aprendido lo tenían los pilotos participantes. A las 09.00 horas comenzaron a probar el circuito con las mangas de entrenamiento. En total fueron tres carreras de prueba para poner a punto el coche de cara a cumplir con los objetivos y marcar un tiempo a la altura de los grandes. Unos llegaron con la idea de bajar el registro cosechado años anteriores; otros, con la idea de romper, partir en dos trozos, el récord que no se movía desde hacía 19 años. Ahora ya tiene nuevo dueño y se llama Andrés Vilariño.

Sobre las 12.00 horas comenzó lo bueno, las mangas oficiales, momento para escuchar el ensordecedor rugido de los coches durante los cuatro kilómetros que tiene la prueba. Los primeros en salir fueron los nueve vehículos que formaban parte del tramo cronometrado. La pareja de pilotos formada por David Rodríguez y Antonio Cardona ocuparon el primer lugar con un tiempo de 2'37''082 a bordo de un Honda Civic 2.0. Así fueron tomando partida el resto de vehículos englobados en la clasificación de montaña, que tuvo como ganador a Vilariño.

El punto positivo de esta edición de la Pujada a sa Cala fue que no hubo accidentes a destacar. La primera manga dejó el abandono de un coche debido a que se le salió la correa del ventilador y de la dirección. En la segunda manga se mostró la bandera roja porque el Seat 127 de Rafael Rodríguez quedó atravesado en mitad de la carretera a la altura del kilómetro tres. Este incidente provocó la suspensión de la carrera por un tiempo de 10 minutos.

En cuanto a las féminas, Mari Pau Huguet fue la mejor de las participantes. La ibicenca lo hizo mejor en la primera que en la segunda manga, en la que fue novena, al igual que en la general, con un tiempo de 2'21'421, quedando incluso por delante de su padre.

Andrés Vilariño: «Me voy encantado de lograr el récord»

Andrés Vilariño se mostró muy satisfecho y feliz de haber pulverizado el récord de la prueba con su barqueta. «Había batido el récord en los entrenamientos, pero no tiene validez porque hay que hacerlo en carrera. Ya lo tenemos y me voy encantado», explicó contento el vasco, que espera volver el próximo año. Eso sí, dejó claro que lo complicado se produjo en la primera zona del trazado, ya que «me botaba mucho el coche y se soltaban las manos del volante».

Manuel Ruiz de Adana: «Ha sido un éxito de participación»

Manuel Ruiz de Adana, director de carrera de la Pujada a sa Cala, destacó la gran afluencia de público y de coches participantes. «Ha sido un éxito de participación un año más en la trigésimo segunda edición de la Pujada a sa Cala. Empezaremos ya a trabajar en la próxima», apuntó orgulloso. También destacó que en esta edición se han encajado cinco mangas en un solo día, lo que «ha sido muy intenso y apretado, pero hemos estado en tiempo».

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