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Voleibol

Esto es lo que se llama caer con honores

Ewert, del Ushuaïa Ibiza Vóley, ejecuta un remateante el intento de bloqueo de Huang y Amado, del Unicaja.

| Eivissa |

Puede que el historial no refleje como debería en años venideros el papel del Ushuaïa Ibiza Vóley en esta Copa del Rey, pero está claro que quienes han visto sus dos partidos se han quedado maravillados con el voleibol, en general, y el equipo amarillo, en particular. Los pitiusos estuvieron a punto de dar la campanada contra el favorito, un Unicaja Almería que defiende la corona y lidera la Superliga masculina. Sólo un tie-break saldado con 15-17 para los ahorradores decidió que la participación de los insulares había tocado a su fin en semifinales, pero, moralmente, los derrotados son los vencedores del duelo.

Sin Sugrañes, aún renqueante de su lesión, pero con Wallaf, que duró dos mangas, los de es Viver dieron una lección de pundonor, casta, garra y toda aquella terminología que se pueda parecer. Y es que tutear a los almerienses no está al alcance de todos.

El primer set estuvo más igualado de lo que indica la clasificación actual de Superliga. El destino quiso que un exjugador de los ibicencos como Diedhiou fuera el encargado de anotar el primer punto. Los pitiusos reaccionaron de inmediato para disfrutar de su primera y, desafortunadamente, única ventaja en esta primera manga tras un remate de Mongeagudo y un punto de Rául Muñoz (2-1).

Comenzó entonces un intercambio de golpes que suponía, primero, ver a los ahorradores un punto por encima y, después, las tablas en la siguiente acción. Tras el 9-9 se rompió la manga. Se fue de tres el cuadro andaluz (11-14), que alcanzó una máxima renta de cinco puntos (13-18 y 16-21). Al final, el juego, cuya fase final contó con Ramírez –acabó haciendo un partidazo– en lugar de Putini en el puesto de colocador, se saldó con 22-25 tras un remate de Iribarne.

El equilibrio se mantuvo en el siguiente set. Sin embargo, la polémica se encargó de deshacerla con 14-15. Primero, Wallaf vio una tarjeta amarilla. Luego, con 14-17, Fernández y Ramírez vieron la roja de manera consecutiva, lo que puso el 14-19 en el tanteador.

Cambio de guion
En el tiempo muerto posterior, Aitor Barreros pedía a los suyos que tuvieran cabeza, haciéndoles ver que al Unicaja no es fácil remontarle dos sets para andarse con regalos. Los suyos, lejos de amilanarse por las circunstancias, se crecieron como un gigante para protagonizar toda una gesta.

Con un parcial 5-0, los ibicencos nivelaron la balanza (20-20). Wallaf completó la remontada (22-21). Dos puntos seguidos de Nassini, uno de bloqueo, permitieron a los locales gozar de dos bolas de set. El Unicaja paró el partido, pero no le sirvió. Wallaf recepcionó la pelota y Ewert, en su tercer remate en este punto, equilibró el marcador global (1-1) al sellar el 25-22. Había partido por delante. Y vaya si lo había.

David podía con Goliat. Empezó a creer en sus posibilidades y el pez pequeño se zampó al grande en la siguiente manga. Y eso que perdieron a Wallaf, que se resintió de sus molestias y no salió más a la pista.

Un 9-6 permitió a los de Aitor Barreros volver a disponer de su máxima ventaja en el choque. Los ahorradores no lo veían claro y decidieron cambiar de colocador. Ignacio se fue fuera y entró Huang. Ni por esas frenaron el vendaval amarillo, que se disparó hasta los cinco puntos (13-8), primero, y los ocho (19-11), después.

La tímida reacción de los visitantes obligó al técnico del Ushuaïa a pedir tiempo muerto para evitar males mayores con 19-14. Los suyos aguantaron el tipo, gustándose sobre la pista. Un remate de Ewert en un balón llovido del cielo levantó los aplausos de la grada (23-17) y Raúl Muñoz cerró la manga con un 25-19 que ponía a tiro de un set la final. Increíble. Vaya partidazo se estaban marcando los de es Viver.

La cuarta manga comenzó con otro contratiempo: la lesión de Yassine, muy activo en el juego anterior, con 4-4 en el luminoso. Se golpeó contra una valla publicitaria y, al igual que Wallaf, no pudo participar más.

Con todo, la dinámica de los amarillos era tan positiva que no echaban de menos a nadie. Salió Borges y la vida seguía igual. Es más, hasta se distanciaron de cuatro tantos (12-8). Fue entonces cuando los almerienses reaccionaron con un parcial 0-5 (12-13) para, después, irse de cinco (15-20).

El Ushuaïa no tiró la toalla y empató a 24 con dos puntos seguidos de Borges. Sin embargo, Kukartsev, primero, y Hage, después, pusieron el 24-26 y mandaron el encuentro al quinto set.

El desenlace
El tie-break fue un cara o cruz. Pudo ganar cualquiera al igual que anteayer en el duelo de cuartos entre el conjunto de Aitor Barreros y el Emevé Lugo. El 4-8 hacía temer lo peor. El míster de los pitiusos paró el partido y advirtió a los suyos: «O arreamos ahora o nos vamos de aquí». Y arrearon. 8-8 y tiempo muerto ahora del Unicaja.

En los últimos compases, Hage hizo que los ahorradores disfrutaran de dos bolas de partido al situar el 12-14 en el electrónico. Las salvaron los insulares, que igualaron la contienda con dos puntos consecutivos. Finalmente, en el cuarto match ball, el cuadro andaluz se llevó el gato al agua. Los integrantes del Ushuaïa hincaron la rodilla. No lo merecieron. Esto es lo que se llama caer con honores. En la piña posterior del Ushuaïa, la clásica tras cada duelo, Aitor Barreros sólo necesitó una palabra para decirles todo: «Enormes». Bravo.

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