La UD Ibiza se ha tenido que conformar con un punto, y gracias, contra el Atlético de Madrid B en Can Misses. El equipo celeste evitó la derrota sobre la bocina, en el tiempo de descuento, gracias a un gol de Naranjo a puerta vacía y en el que los rojiblancos reclamaron un posible fuera de juego. Ese tanto in extremis impidió la segunda derrota de una Udé que dejó bastante que desear hasta el punto de escucharse silbidos en la grada.
Hubo sorpresa en el once inicial de la Udé. Pep Lluís Martí sentó a Eugeni en el banquillo. El centrocampista había sido siempre titular desde su llegada al equipo celeste salvo en el partido de vuelta del playoff de ascenso contra el Barcelona Atlètic la temporada pasada. El técnico celeste prefirió apostar por Olabe y Domènech en el doble pivote de una formación que regresó a la línea de tres centrales atrás.
Había expectación por ver cómo reaccionaría el equipo tras su discretísima actuación ante el Sanluqueño en la jornada anterior, contra el que firmó un empate sin goles, y lo cierto es que este respondió en la primera mitad de la manera menos esperada. No en vano, desempeñó uno de sus papeles más pobres de la temporada y, sin duda, el más pobre como local. De hecho, hubo pitidos en la grada en dos ocasiones (minutos 38 y 42) además de al descanso.
El duelo comenzó con polémica. A los cuatro minutos, la UD Ibiza reclamó penalti por una caída de Gallar. El atacante unionista había sido agarrado por Giménez, pero fuera del área. El árbitro igualmente no sancionó nada.
Lo curioso es que esa, junto a un disparo exterior de Olabe sin peligro, fue la única aproximación prácticamente reseñable del conjunto dirigido por Pep Lluís Martí en el primer tiempo. El filial colchonero tuvo una doble ocasión de gol al filo del ecuador de este primer tiempo. Ramón Juan despejó un zambombazo lejano de Selu y Boñar desperdició el rechace.
El Atleti B no perdonó poco después, en el minuto 27. Una jugada bien elaborada por parte los visitantes dio pie al 0-1 tras un centro de Gismera en el que Boñar, en el segundo palo, cedió, con fortuna pues la pelota tocó en Javi Jiménez, a Raihani para que marcara a placer.
Los minutos pasaron con más pena que gloria, lo que desquició a varios aficionados que comenzaron a pitar ante lo que estaban viendo. En la recta final, el cuadro de Fernando Torres perdonó el segundo por mediación de Raihani, que desaprovechó un pase lateral de Mollejo cerca del punto de penalti. El propio Raihani firmó la última ocasión de esta primera parte con un remate de cabeza en el tiempo de descuento que no contrajo peligro para la portería de Ramón Juan. Que el árbitro señalara el camino a los vestuarios poco después fue lo mejor que pudo pasar.
Visto lo visto, a nadie le extrañó que Pep Lluís Martí introdujera tres cambios de inicio en la segunda mitad. Eugeni, Zarzana y Unai Medina saltaron al campo en lugar de Domènech, Pau Ferrer y Monjonell.
La Udé mejoró su rendimiento, pero no de manera exagerada. Naranjo probó fortuna con una falta directa a los tres minutos de la reanudación, pero el portero detuvo bien el disparo. Gallar también buscó el gol con un disparo colocado desde la frontal que se marchó por encima del larguero.
Quique González entró al campo en el minuto 67 por Unai Medina, que sentía molestias físicas. La UD Ibiza se encomendaba al teórico delantero titular para buscar la remontada. El ex del Eibar no alcanzó por poco un pase al segundo palo de Gallar y luego remató contra un defensa en el minuto 84. En esta última acción, el rechace le quedó franco al recién incorporado Arturo Molina, que lanzó un latigazo fuera.
Cuando parecían que se esfumaban las opciones de puntuar del cuadro local, un disparo de Iago Indias lo despejó mal el portero, que dejó el balón muerto en boca de gol. Ahí apareció Naranjo para firmar las tablas finales y, al menos, impedir la primera derrota en Can Misses del curso, un mal menor para un equipo del que se sigue esperando más.