El Trasmapi Gobycar Citubo HC Eivissa logró este sábado una importante victoria en la pista del Base Oviedo. Los ibicencos se llevaron un triunfo muy sufrido, con muy pocos goles. Un partido espeso, de picar piedra, en el que dominaron durante la mayor parte del tiempo. Al final, 20-21 para romper la racha de dos derrotas consecutivas y alejarse de los puestos de abajo.
Mauricio Basualdo estrenó el marcador en la primera acción del partido y puso el 0-2 en su segundo intento. Dos acciones que dibujaron un buen inicio de los ibicencos en la pista asturiana. Al paso por el minuto cinco, el marcador era de 1-4. Habían arrancado bien los pupilos de Eugenio Tilves. Jugaba a placer el equipo naranja, que estaba firme en defensa y con fluidez en ataque, y, con el 2-6, llegó el primer tiempo muerto del partido.
El parón le vino bien al Base Oviedo, que ajustó un poco sus piezas y le permitió acercarse (4-6). Le costaba ya más a los ibicencos llegar a la portería en la que estaba un viejo conocido como es Juan Gamallo. Pero los ibicencos, liderados en ataque por Basualdo, volvieron a pegar un arreón para atravesar el ecuador de la primera parte con una renta de cuatro goles (5-9).
Ahí llegó el atasco en ataque. Del 5-9 se pasó al 8-9, con cinco minutos sin conseguir anotar, hasta que Chychykalo consiguió superar a Gamallo, que empezaba a ser importante. En el tramo final hubo de todo menos goles. El partido se marchó al descanso con el 9-11, con los errores y las defensas como protagonistas. Estaba todo abierto para el segundo periodo.
Tras la reanudación, la tónica siguió siendo similar. Le costaba a los dos equipos hacer goles y, tras 10 minutos de juego, el resultado era de 13-14. Seguía estando todo muy apretado y las sensaciones eran que así iba a seguir hasta el final, ya que ninguno de los dos conjuntos era capaz de mostrarse superior.
La primera vez que el Base Oviedo logró ponerse por delante fue en el minuto 15 de este segundo tiempo con el 17-16. No estaban cómodos los de Eugenio Tilves, que tenían que mejorar en el tramo final si querían llevarse algo positivo de Asturias.
Con esa desventaja de un gol (18-17) se entró en los últimos 10 minutos. Llegaba la hora de la verdad. La hora de dar un paso al frente. Bernárdez hacía el 18-18. Pero cada gol costaba un mundo. Se fallaba en una y otra portería. Gamallo y Broto aparecían, pero también muchos lanzamientos que no encontraban los tres palos. Así, cinco minutos para el final y 20-20 en el luminoso.
Parecía que ninguno quería ganar. Fallos en una y otra portería, mientras los minutos iban descontándose. Cuando ya se iba a entrar en el último minuto del partido, Chychykalo hizo el 20-21. Tocaba defender. El Oviedo movió el balón y dejó completamente solo a un jugador en los seis metros, pero entonces emergió Broto para poner una mano salvadora. Quedaban cinco segundos. Victoria.