El Ibiza Rugby ha vivido este sábado una situación surrealista. Después de ver cómo cancelaban su vuelo y conseguir llegar a Palma en otro avión, sin apenas margen para el inicio del partido, se encontraron con que el Palma Unión se presentaba con tan solo 11 jugadores, de los 15 necesarios para completar la alineación.
Así, en esas circunstancias, arrancó un partido que duró apenas dos minutos, hasta que se lesionó un jugador mallorquín y el árbitro decidió suspender el encuentro. Dos minutos en los que los ibicencos lograron un ensayo y una transformación, que reflejan el 0-7 con el que acabó el partido.
Al final, una nueva victoria para el XV de la lagartija, que acaba el año en la primera posición. Desde el club aseguraron que la situación de este sábado había sido decepcionante, pues el equipo había viajado con ganas de jugar un partido y terminaron realizando una especie de entrenamiento entre ellos mismos.