Kobe Bryant explotó con 40 puntos en la victoria de Los Angeles Lakers por 128-107 frente a Phoenix Suns, en el primer partido de la final del Oeste, donde los de Arizona fueron arrasados por el vendaval ofensivo local.
Bryant superó la barrera de los 30 puntos por sexto encuentro consecutivo, mientras que Pau Gasol añadió 21 tantos y cuatro rebotes. La brillantez de Lamar Odom, con 19 puntos y 19 rebotes, resultó fundamental igualmente.
Por los Suns destacaron Amare Stoudemire (23 puntos) y Steve Nash (13 puntos y 13 asistencias).
El Staples Center presentaba una floja entrada al comienzo del partido, con decenas de asientos vacíos, posiblemente por el inusual horario (se jugó a las 18.00 hora local, en vez de las 19.30).
Los Lakers, al igual que el público, tardaron en entrar en calor. Encajaron un parcial de 0-7 de inicio y tanto Nash como Stoudemire campaban a sus anchas gracias al eléctrico juego ofensivo de los Suns. Pero la entrada de Odom revolucionó el duelo y gracias a él los angelinos se pusieron por delante por primera vez (24-23).
Entonces se sumó a la fiesta Bryant, hasta entonces quejoso de la rodilla, para anotar 11 tantos e impulsar a los californianos poco antes del final del primer cuarto (33-23).
Alvin Gentry pidió un mayor esfuerzo defensivo a los suyos. Goran Dragic entró en sustitución de Nash y tanto Leandro Barbosa como Louis Amundson dieron a Phoenix el plus de energía que reclamaba, aunque los secundarios angelinos no empañaron la labor de los titulares y la ventaja se mantuvo gran parte del segundo periodo.
A pesar de que el retorno de Nash a pista y el poderío interior de Stoudemire volvió a acercar a los de Arizona (52-47), los pupilos de Phil Jackson parecían controlar la situación a su antojo.
Con 62-55 al descanso, Bryant salió a pista con el instinto matador a flor de piel. Entre eso y que Ron Artest se mostró mucho más acertado desde el perímetro que de costumbre, los Lakers superaron de nuevo los diez puntos de ventaja (82-70).
Stoudemire no se cansaba de anotar suspensiones ni Nash de añadir puntos en las penetraciones, y aunque Phoenix obtenía buenos minutos de Robin López y Jason Richardson, no encontraba las claves para frenar las distintas opciones de los locales en ataque.
Y de repente Bryant puso al pabellón en pie con dos jugadas de póster (anotó a canasta pasada tras un pase de lujo de Gasol y después machacó el balón en contraataque) y puso tierra de por medio (89-72) a falta de 3:14 para alcanzar el último cuarto. El 24 de los Lakers encestó 21 puntos en ese periodo.
Richardson respondió con dos triples y se llegó a los últimos 12 minutos con 93-79 en el marcador, pero el escenario apenas cambió y se mantuvo el «show» de Bryant. Anotó un triple desde más de ocho metros y una suspensión a la media vuelta para alcanzar los 40 puntos, dejar a los Lakers en la veintena de renta (107-87) e irse al banquillo a descansar.
De ahí al final no existió duelo. Sólo un monólogo californiano, aderezado por el cántico «We want Boston» ("queremos a Boston").