La polaca Agnieszka Radwanska interrumpió este sábado una racha negativa de cuatro derrotas frente a la española Garbiñe Muguruza, a la que derrotó por 6-7 (5), 6-3 y 7-5, para convertirse en la primera finalista del Masters de tenis de Singapur.
«Fuera del torneo» reconoció haberse visto la jugadora de Cracovia tras sus dos derrotas en la fase de grupos, ante la italiana Flavia Pennetta y la rusa Maria Sharapova, con la que podría reencontrarse en la final si la campeona de las Finales de la WTA en el año 2004 doblega a la checa Petra Kvitova.
A la tenista de Niagan, de 28 años, debió Radwanska su presencia en las semifinales del torneo que reúne a las mejores tenistas del año. Una mención que la polaca desea merecer este domingo.
Mañana confía en volver a exhibir el nivel que le entregó, tras dos horas y 38 minutos, su tercer triunfo sobre Garbiñe Muguruza, a la que ya había ganado en 2012 y 2014.
La jugadora nacida en Venezuela, debutante en la competición individual del Masters, se quedó a un partido de emular a Arantxa Sánchez Vicario, la única española que alcanzó la última ronda de las Finales de la WTA. Fue en el año 1993 y la barcelonesa cedió por 6-1, 6-4, 3-6 y 6-1 ante la germana Steffi Graf.
«El torneo empieza ahora de nuevo», había advertido en la previa la líder invicta del Grupo Blanco, prudente pero igualmente convencida de poder prorrogar su exitosa racha sobre la pista azul de Singapur.
Ahí volverá a comparecer este sábado en el último turno de la jornada para perseguir junto a su compatriota Carla Suárez la final de dobles, consuelo menor para una jugadora con su ambición.
Desde el primer juego del choque trató la jugadora nacida en Caracas de dominar a su oponente, castigada por la potencia de la segunda favorita en los primeros compases del choque.
Así, tras una oportuna doble falta, la española cerró con un resto ganador de revés el 1-0.
Observada desde el mismo 'box' por su nuevo entrenador, el francés Sam Sumyk, y por la capitana de los equipos españoles de Copa Davis y Copa Federación, la extenista Conchita Martínez, Muguruza se enredó en errores no forzados y un cúmulo de malas decisiones le hicieron entregar los cuatro juegos siguientes (1-4).
Solicitó entonces la campeona del torneo de Pekín la presencia en pista del preparador francés y, templadas las dudas tras esta intervención, se adjudicó ocho puntos de manera consecutiva: en blanco se anotó su saque y del mismo modo el resto, antes de neutralizar su desventaja (4-4).
Dos bolas de rotura que hubieran significado el 5-4 salvó Radwanska, a quien la española había batido cuatro veces este año (Sídney, Dubai, Wimbledon y Pekín).
Más firme se mostró esta vez su oponente, a quien el nivel exhibido este otoño le impulsó desde la decimotercera hasta la sexta posición del ránking.
Por debajo en el set y también en el desempate, Muguruza recuperó su versión más combativa para corregir un 2-4 desfavorable y convertirlo en el 7-5 con el que cerró el 'tie break'.
Perdido el primer envite por 7-6 (5), la tenista de Cracovia, de 26 años, pidió el cambio del aparatoso vendaje que cubría su muslo derecho -otro, de menores dimensiones envolvía su hombro derecho- y, con un nuevo demarraje, construyó una concluyente distancia (0-4) en el segundo parcial.
Muguruza, número tres en la clasificación mundial y debutante en la competición individual, confió nuevamente la remontada a su potencia, pero la infatigable lucha de Radwanska retrasó hasta la tercera manga la conquista de una plaza en la final.
Ahí accedió la polaca tras interrumpir la remontada de la española, lastrada por la pérdida de concentración en el segundo set y recurrente en este vicio en el tercero y definitivo. 54 errores no forzados le cerraron la puerta del partido por el título.