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2022, un año que acabó bien

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Me alegra saludar un año más a los lectores de El Económico de Ultima Hora. El nuevo Anuario se publica en un momento muy interesante desde el punto de vista económico y sobre todo, turístico, donde a pesar del balance positivo del año anterior, y las perspectivas favorables que nos ofrecen todos los indicadores del mercado, las empresas mantenemos una posición de gran cautela ante los vientos cruzados de la tan anunciada por los medios desaceleración – si bien todo indica que no llegará a recesión- en Europa, y la inestabilidad que se mantiene tanto a nivel internacional, como en el panorama político español.

Y aunque el balance final, a nivel de ingresos, haya sido positivo, el año 2022 no ha sido nada fácil, pues comenzaba, como recordarán, con el turismo prácticamente «cerrado por pandemia» debido a la variante Ómicron del covid. Además, a pesar de que a partir del segundo trimestre el dinamismo de la demanda y las propias fortalezas de las Balears como destino nos han permitido recuperar, prácticamente, los niveles de ingresos previos a la pandemia, el sector ha tenido que seguir afrontando grandes desafíos, viejos y nuevos.

Entre los desafíos «antiguos» seguimos necesitando una transformación hacia una oferta de mayor calidad y más experiencial, que apueste por la sostenibilidad, la digitalización y el talento, así como una racionalización de la oferta de alquiler vacacional que consiga atenuar sus efectos más perversos. Y entre los retos más nuevos, las tensiones financieras y necesidad de recuperación que todavía arrastran muchas empresas, las dudas en torno a la distribución y efectividad de los fondos europeos, y por supuesto, la fuerte inflación y el consiguiente encarecimiento de la financiación. Todos ellos han marcado nuestra estrategia y nuestra gestión en 2022, que me gustaría intentar repasar en estas líneas.

A nivel de sector, me gustaría destacar en primer lugar el funcionamiento de la colaboración público-privada, que al igual que ocurrió en el pasado con la Ley de turismo de 2012, ha propiciado la participación del sector en la elaboración de la nueva Ley de turismo sostenible, ofreciendo unos plazos y una previsión de ayudas que, de llegar en tiempo y volumen adecuados, harán viable que avancemos en la transformación de la oferta hacia una mayor sostenibilidad social y medioambiental. Justo es también destacar, por su importancia tras la tragedia vivida por el covid, la consecución de un nuevo convenio colectivo de sector que puede calificarse de bastante positivo para todos (como indica el hecho de que ninguna de las partes se muestre completamente satisfecha), y los avances en la regulación del alquiler vacacional, si bien hay que mejorar mucho en el aspecto de control. También hemos visto mejoras en la lucha contra el turismo de excesos, donde se han reducido las incidencias y se han incrementado las sanciones a los establecimientos incumplidores en las zonas más problemáticas.

En el caso de Meliá Hotels International, puedo decir que ha sido un año muy intenso en el que, como corresponde a una de las empresas líderes también en las Islas, hemos seguido contribuyendo a la sostenibilidad de nuestro modelo turístico, apostando por la mejora de la eficiencia energética e hídrica en todas nuestra construcciones y reformas, impulsando el proyecto piloto de circularidad «Hoteles Circulares» con Tirme en el Palau de Congressos, y por supuesto, abriendo el pasado mes de julio en Menorca nuestro primer hotel «Net Zero» o neutro en carbono, el Gran Meliá Villa Le Blanc, que debe marcar una nueva era en la construcción y gestión de hoteles.

Desde la perspectiva social, 2022 ha sido para Meliá un año crucial para reincorporar a los empleados tras la disrupción provocada por la pandemia (algo que ya hemos hecho al 100%) y «reconectar» con ellos, renovando su compromiso e involucrándolos en la transformación digital que esta llevando a cabo la compañía, así como afrontando los nuevos retos del trabajo «poscovid» como el teletrabajo. Además, fuimos los primeros en instalar en las Illes Balears las camas elevadoras que ahora exige la Ley de turismo, y que mejoran la seguridad y salud de un colectivo tan relevante como las camareras de pisos.

Otro foco estratégico para nuestra compañía en Balears, donde continuamos avanzando, es la transformación de Magaluf, donde el »ejemplo» e impulso dado por Meliá al invertir más de 250 millones en la renovación de sus hoteles y de otros productos y espacios ha detonado una mejora ya plenamente evidente de la zona y especialmente de la fachada marítima (donde está previsto comenzar el nuevo paseo marítimo financiado con fondos europeos al final de la temporada). Como novedad, y como confirmación de que en Meliá seguimos apostando por el maravilloso destino de Calvià, hemos elegido una de sus mejores playas, la de Palmanova, para abrir este verano el primer hotel de la marca Zel, en alianza con el icónico Rafael Nadal. Un hito que apoyará sin duda a Calvià y a Mallorca, como destino de calidad y aspiracional para viajeros de todo el mundo.

Para terminar con el listado de logros en 2022, debo mencionar sin duda la consolidación del Palau de Congressos de Palma como la palanca definitiva para impulsar el turismo de calidad, fuera de temporada, en Palma y con proyección en toda Mallorca. La combinación de atractivo del destino y calidad y buena gestión de la infraestructura han hecho que Palma se haya convertido en el mejor destino de congresos de España para nuestra compañía, y no podemos sentirnos más satisfechos de la apuesta por gestionar el Palau, como de nuestro equipo al frente del mismo, con la colaboración de las instituciones propietarias.

A pesar de la positiva colaboración público-privada en las Balears, y de las buenas perspectivas para la temporada gracias a la reactivación de los viajes internacionales, para continuar generando riqueza y empleo de calidad, necesitamos que las administraciones públicas en los distintos niveles promuevan marcos regulatorios estables y políticas que favorezcan la inversión y la innovación de las empresas, ofreciendo seguridad jurídica y fiscal, y apostando por pactar con todos los actores sociales, patronal incluida, un ámbito donde vemos capacidad de mejora por parte del Gobierno de España.

Además, en el momento actual, es fundamental también que nuestro país aproveche la oportunidad histórica que representan los fondos Next Generation, para impulsar con la máxima eficiencia proyectos de transformación real de nuestro modelo productivo (en particular del turístico), con potencial tractor y movilizador de fondos privados.

Lamentablemente, además de la opacidad y dudas constatadas por los eurodiputados enviados para evaluar la gestión de estos fondos por el Gobierno español, debo decir que pese a las reivindicaciones del sector que representa mas de un 12% del PIB nacional y otro tanto porcentaje del empleo directo total, el importe de fondos asignados a proyectos de turismo ha sido escaso y mejorable en su ejecución. En consecuencia, el año 2023 cobra una importancia radical en la asignación y ejecución de estos fondos para ayudar a la industria turística a realizar el necesario cambio de rumbo hacia la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030, sobre todo tras haber sido el sector más castigado por la pandemia. Por ello, insistiré una vez más en la necesidad de una apuesta consistente por el sector, plasmada en un PERTE o Plan Estratégico de Recuperación y Transformación, como el que el Gobierno ha aprobado para sectores igualmente importantes como el automovilístico o el agroalimentario.

En fin, como conclusión, quisiera recordar una vez más que, en política turística, no es posible legislar, ni actuar, a corto plazo, pensando en una sola legislatura. Por ello, especialmente en un año lleno de citas electorales, quiero pedir a nuestros gobernantes, actuales y/o a los que puedan surgir de las próximas elecciones, que mantengan aquellas medidas positivas y necesarias en curso -como las que nos acercan a la Estrategia de Turismo Sostenible-, y que sigan cuidando e intensificando la colaboración público-privada, que ha marcado las épocas más prósperas del turismo en Balears, para consensuar entre todos nuestro modelo turístico de presente y hacia el futuro.l

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