Maria Torres es una amante de la moda, la decoración y su pasión es crear eventos y bodas con mucha personalidad. Se considera una mujer trabajadora, resolutiva, empática y muy apasionada, a la que le encantan los retos. Con su empresa, Un poco de Tul, planifica y diseña bodas que han conquistado el corazón de muchas parejas en Ibiza y más allá.
—¿Cómo describirías tu estilo al planificar bodas?
—Lo que intento es que las bodas sean muy limpias, elegantes y que tengan muchísima personalidad, que se note la esencia de cada pareja. Lo que intentamos es que se transfiera la esencia a través de las flores, de los detalles, de los momentos que suceden durante la boda. Sobre todo intentamos que las parejas disfruten muchísimo porque creemos que hoy en día hay como una presión social de que todas las bodas tienen que ‘ser una pasada’. Nosotros intentamos que cada boda sea de una manera y que los novios disfruten muchísimo, además de dejar nuestro propio sello de identidad.
—¿Qué consideras que distingue tu trabajo?
—Creo que me diferencio en cómo transmito mis ideas y en cómo transmito mi trabajo. Creo que tengo muchísima naturalidad y personalidad, que soy una persona muy sencilla y con ideas muy claras y eso al final transmite muchísima confianza a las parejas.
—¿Por qué crees que Ibiza se ha convertido en un destino tan popular para bodas?
—Todos sabemos que el turismo aquí es esencial para nuestra supervivencia y las bodas se han convertido en un sector más que atrae al turismo. Yo tengo muchísimas parejas que llevan viniendo muchos años aquí y el día que se prometen, eligen Ibiza porque es un sitio que les transmite calma, relajación, se sienten a gusto. Es como su lugar donde despejarse, también de diversión y quieren transmitir eso a sus invitados y quieren que sus invitados estén en su lugar favorito del mundo. Vienen parejas de todas partes del mundo buscando el aura que respira la isla, dejando de lado las discotecas. Estas parejas que vienen a casarse aquí están buscando los espacios tan distinguidos de paisajes, tanto de mar como agroturismo, hoteles de interior, la parte rural... todos esos espacios son sagrados y son un gran atractivo de la isla.
—¿Cómo trabajas con las parejas?
—Tenemos un instagram y una página web de la cual estoy muy orgullosa y muy contenta, pero es cierto que nos llegan parejas por el boca a boca. Lo que hacemos es una primera reunión donde nos explican el número de personas, si va a ser civil o religiosa, qué ideas tienen y a partir de ahí hacemos un presupuesto personalizado. Al final, intentamos ver el servicio de manera que podamos distinguir una boda mucho más sencilla de una boda que nos de mucho más trabajo. Por eso, la primera reunión es esencial para poder hacer un presupuesto lo más personalizado posible y una vez aceptan, según si han elegido un servicio de organización integral o un servicio o solo de organización del día, organizamos las reuniones que habrá en adelante. Lo que queremos es que las parejas puedan invertir su prepuesto de la mejor manera posible, reducir costes innecesarios e invertirlos en otras cosas. Intentamos adaptarnos a las parejas.
—¿Qué tendencias estás viendo últimamente en las bodas en Ibiza?
—Desde el Covid, las bodas son de grupos más pequeños. Las hay más grandes, pero en general últimamente suelen ser de 80 personas lo que antes era imposible porque eran de 180 para arriba. También se llevan las bodas más sencillas, donde destinan mucho presupuesto a la decoración, a una parte más visual, a los detalles, a una gastronomía excelente. De manera que con menos personas como invitados, puedes tener más presupuesto para otras cosas.
—¿Alguna boda que te haya sorprendido?
—Lo que más me gusta de este trabajo es que cada boda sorprende a su manera. El año pasado tuvimos una boda que me gustó muchísimo y a la vez fue un reto porque venían invitados de muchas partes del mundo y a la hora del menú, teníamos que ser muy meticulosas con el tema alergias, intolerancias, o porque su religión no les permitía comer algún plato.
—¿Cuál ha sido tu mayor desafío?
—Es este año, ya que es el primer año que hago bodas fuera de la isla y fuera de España y de Europa. Está siendo un desafío porque tenemos muchas reservas de cara a 2026 y está siendo un desafío coordinarlo todo. La temporada de bodas en Ibiza cada vez se alarga más y tenemos que gestionar dos años diferentes, dando prioridad a las de este año.
—¿Tienes alguna anécdota especial de una boda que hayas organizado en la isla?
—Tengo muchísimas porque todas las bodas son muy especiales y cada boda que hago tengo la misma ilusión depositada. Cada boda que organizo conozco a la perfección cada detalle, cada proveedor, todo lo que va haber y demás, así que yo no tengo ninguna sorpresa durante la boda. Para mi, lo más sorprendente es cuando me sorprenden los novios a mi y me hacen un regalo, en el día más importante para ellos, como agradecimiento al esfuerzo que depositamos y a cómo salió la boda en sí. En esa ocasión me dieron un ramo de flores, aplaudieron a todo el equipo y para mi fue muy gratificante, En todas las bodas lloro, porque me encanta ver a las parejas felices, pero en aquel momento yo me sentí muy bien y para mí fue súper importante porque vi mi trabajo reflejado.
—¿Qué consideras que es lo más importante para lograr una boda exitosa y sin contratiempos
—Este trabajo se ha empezado a valorar ahora mucho, pero hace unos años estaba infravalorado porque la gente no sabía a todo lo que nos dedicamos y el esfuerzo y trabajo que implica. Al final el secreto de una boda exitosa es tener un plan B en todo, no solo los espacios o en temas como el clima, sino hay que tener todo muy bien hablado. También, tener un kit preparado de emergencias, ya sean caja de herramientas, botiquines.. Hemos tenido bodas en las que se nos ha ido la luz, bodas en las que se ha roto algo. Hay que tener un ‘por si acaso’ para todo, porque no tienes un margen de tiempo muy grande para poder improvisar y yo siempre digo que las improvisaciones pueden estar bien, pero hasta cierto punto no funcionan. No se trata de ser negativo, sino de tener en cuenta que siempre puede haber contratiempos.
—¿Cómo ves el futuro de las bodas en Ibiza? ¿Que desafíos enfrenta?
—Casarse en Ibiza en general no es económico, como venir de vacaciones o vivir aquí, como todos sabemos. El tema precio y proveedores de aquí podrían ser unos de los mayores desafíos. En otros lugares como Mallorca tenemos mayor número de proveedores lo que nos permite barajar más los presupuestos.