El número de desaparecidos en la tormenta mortal en Sant Llorenç y otros municipios del Llevant de Mallorca ha aumentado este jueves a 3 personas: el niño de 6 años y dos alemanes, según ha confirmado el cónsul alemán a la Cadena Ser.
Este miércoles por la noche, según datos oficiales, sólo había un desaparecido, el niño cuya madre fallecida logró salvar a su hermana; pero, a primera hora de este jueves, se han sumado dos más.
La cifra de desaparecidos fue bastante alarmante este miércoles, ya que las fuentes oficiales llegaron a contabilizar hasta 28, pero a medida que fue avanzando la jornada muchas de esas personas fueron apareciendo sanas y salvas.
«El rastreo tiene que servir para descartar que no hay más desaparecidos», ha apuntado la consellera de Hacienda y Administraciones Públicas, Catalina Cladera tras la reunión mantenida en el centro de coordinación.
Cladera ha explicado que en estos momentos en las tareas de búsqueda de estas tres personas y en las faenas de rehabilitación de las áreas afectadas, participan medio millar de efectivos, entre ellos de la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local, Emergencias, Protección Civil, bomberos de Mallorca y de Palma, y también del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat).
El principal objetivo es encontrar al niño, cuya madre murió arrastrada por la tromba de agua, y a la pareja de alemanes sobre la que se tiene indicios de que se encontraban por la zona afectada. Buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) están buscando en el tramo final del torrente de Sant Llorenç.
Si no encuentran al pequeño en esta zona, los buzos y varias embarcaciones buscarán este viernes al niño en el mar, donde muere el torrente, en la localidad turística de S'Illot, en el este de Mallorca.
«Han dejado rastros de que podrían estar por la zona a raíz de una llamada telefónica que hicieron», ha dicho Cladera, quien ha precisado que ese contacto fue mantenido con una amiga de la pareja.
Otra de las tareas es identificar las decenas de vehículos diseminados por la localidad de Sant Llorenç, S'Illot y Artà, desde que el pasado martes fueron arrastrados por la tromba de agua.
Drama
Sin duda, se trata de la peor catástrofe de las últimas décadas en Mallorca. La riada se llevó por delante a cientos de vehículos y mató a diez personas, según las últimas cifras oficiales.
Las víctimas oficiales, seis eran hombre y cuatro mujeres. De ellos, tres eran extranjeros. En concreto, una pareja británica y una mujer holandesa, que fue la última localizada en la dramática jornada de este miércoles.
Cada historia esconde un auténtico drama, como el de la familia de Joana Lliteres Planas, cuya familia tiene una farmacia en Manacor.
En el vehículo Hyundai de la familia circulaba la joven mallorquina, sus tres hijos de corta edad y la abuela. La tromba de agua los sorprendió cerca de Son Carrió y el coche fue arrastrado por el lodo. Algunos testigos corrieron en su auxilio, entre ellos un alemán que pudo sacar a uno de los niños. La abuela logró salir y la madre salvó a su hija, pero luego desapareció en el agua con su otro hijo de cinco años.
El cuerpo de la mujer fue hallado este miércoles por la tarde cerca del punto en el que fue vista por última vez. Del menor no se tienen noticias y ahora todos los esfuerzos de los equipos de emergencia se centran en él.
La de Joana Lliteres no es la única historia que ha trascendido. Una de las primeras víctimas que se cobró la riada mortal fue el exalcalde de Artà, Rafel Gili, cuyo vehículo fue arrastrado por la torrentada. No pudo salir a tiempo. Al político, que era muy apreciado, se le ofició el funeral este miércoles en la iglesia parroquial de Artà, que se quedó pequeña para acoger a todos los familiares, amigos y vecinos que quisieron darle el último adiós.
Otra de las víctimas mortales es Biel Mesquida Salas, que desapareció tras la tormenta cuando circulaba en una furgoneta por las inmediaciones de Son Vives. El vehículo fue localizado, pero él no estaba en el interior. Sus allegados pidieron la máxima difusión a través de las redes sociales y numerosas personas se movilizaron para dar con él. Finalmente, se cumplieron los peores augurios y los equipos de emergencia encontraron su cuerpo sin vida entre el lodo.
Otro hallazgo macabro se produjo cuando los dueños de una finca acudieron a interesarse por su gallinero en la zona de Son Carrió, que también sufrió graves daños, y allí, entre las piedras y las ramas, apareció un cuerpo sin vida.