Avel·lí Blasco, catedrático de Derecho Administrativo en la UIB, arremetió ayer contra la transferencia de las competencias de Costas a Baleares, que se hará efectiva el próximo 1 de julio, y calificó el comportamiento del Estado como «muy mezquino» en este proceso.
Concretamente, Blasco consideró que «este comportamiento muy mezquino del Estado no se justifica en absoluto, dando lugar a un traspaso de competencias a medias».
Estas afirmaciones se dieron en el marco de la presentación del libro Auonomía, costas y litoral, elaborado por el Institut d'Estudis Autonòmics, de Baleares, y el Institut d'Estudis de l'Autogovern, de Cataluña.
En primer lugar, Blasco se refirió «a la escasez de medios transferidos, con 18 plazas de funcionarios, de las que 6 están vacantes. El Estado se reserva el cobro del cánon por la ocupación y la explotación del dominio público marítimo-terrestre, mientras que los ayuntamientos sólo se quedan el 10-15 %. El cánon debería ser para los ayuntamientos. Muchos millones de euros seguirán siendo para el Estado».
El catedrático prosiguió su argumentación afirmando que «se traspasa la concesión de autorizaciones, pero no la de concesiones, que seguirán necesitando el acuerdo y la conformidad del Estado. En definitiva, para una concesión tendrá que haber un acuerdo entre las dos partes, lo que supone una codecisión y, en definitiva, un poder de bloqueo. ¿No es suficiente con una sola Administración? Se ve que no, y el Estado tiene que seguir interveniendo. Con todo ello, se traspasan las competencias a medias y, en caso de conflicto, habrá que recurrir a un contencioso ante los tribunales».
Avel·lí Blasco también se refirió a la gestión estatal llevada a cabo por de la Demarcación de Costas en Baleares: «Tengo constancia de particulares y explotaciones muy descontentos con esta gestión. Para empezar, ni cogen el teléfono, seguramente porque van desbordados. De 1.200 solicitudes de prórrogas de concesiones presentadas en 2013, sólo se han contestado 600, cuando Costas tenía 6 meses para hacerlo. Desde el punto de vista jurídico, esta situación es impresentable».
Al respecto, el conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir, presente en la presentación del libro, destacó la complejidad del espacio costero y litoral desde cualquier punto de vista, incluidos el medioambiental y el de gestión. Para Mir, «la gestión estatal ha sido heterogénea, no ha sido igual en todo el Estado, y han fallado el control y las fiscalizaciones».
Según el conseller, «ha faltado un mecanismo de coordinación con otras administraciones con competencias, incluidas las locales, ante un espacio físico con una población y unos intereses importantes, y la consecuencia es que han sufrido problemas. Por ello, es importante gestionar desde la proximidad y, sobre todo, desde el conocimiento».
Pese a reconocer deficiencias en la transferencia, Miquel Mir indicó que «es infinitamente mejor gestionar las competencias desde Baleares. Hasta ahora, nuestra capacidad para cuidar la gestión era prácticamente nula. Se trata de una de las transferencias más complejas que ha tramitado esta comunidad autónoma y haremos todo lo posible por mejorar la gestión, que en manos estatales se ha centrado prácticamente en el rédito económico, cuando también deben intervenir los factores social y ambiental».
En cualquier caso, el conseller Mir, que reconoció estar de acuerdo en casi todo lo que había afirmado anteriormente Avel·lí Blasco, consideró que «la transferencia de las competencias de Costas es un paso muy importante y, con la colaboración de los consells y los ayuntamientos, es de esperar que se abra un nuevo escenario».