Las Baleares detectan un repunte en las afecciones provocadas por garrapatas y mosquitos, con la llegada de nuevos virus vinculados al clima cálido y la intensa movilidad internacional, según informó Última Hora. El jefe del Servicio de Vigilancia en Salud Pública de Baleares, Ramon García, detalló al rotativo: «El cambio climático afecta directamente a la actividad de los vectores, aumenta sus capacidades de poder transmitir mejor y durante más tiempo».
Enfermedades tradicionales y nuevos riesgos
El epidemiólogo detalló que, aunque Baleares ha registrado históricamente casos de leishmaniosis —endémica en las islas—, con 30 en 2024 frente a los 52 de 2023, la actualidad sanitaria está marcada por la llegada de patologías más graves. «Ahora llegan enfermedades nuevas de mucha mayor gravedad que las que teníamos previamente». La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, entre otras emergentes, podría presentarse en cualquier momento, aumentando el riesgo sanitario por la combinación de turismo global, movimientos de personas y animales, y el aumento de los vectores.
Expansión de mosquitos invasores
En cuanto a los mosquitos, García recuerda: «El mosquito tigre no lo teníamos en Balears; fue detectado por primera vez en 2012 y a partir de aquí se ha expandido por todo». Como vector de enfermedades como dengue, zika y chikungunya, su presencia preocupa a las autoridades, especialmente tras el caso puntual de dengue registrado hace unos años en Ibiza, que no llegó a extenderse.
Las alarmas también han saltado tras detectarse, a principios de 2025, el primer caso de fiebre del Nilo Occidental en un caballo en Menorca. «Lo que significa que ya tenemos el virus circulando también en Baleares», subraya el responsable sanitario. Además, los brotes de dengue en Sudamérica han multiplicado los casos importados en las islas en 2024, lo que la autoridad califica como «una subida brutal».
Recomendaciones de prevención y participación ciudadana
«Son importantes la prevención y las medidas de autoprotección que adquiere el ciudadano», señala García, quien recuerda pautas sencillas: uso de repelentes, ropa adecuada, instalación de mosquiteras y eliminación de puntos de agua estancada. Apunta, además, que «la mayoría de focos están a nivel privado» y que la colaboración individual es fundamental.
En lo referente a las garrapatas, incide en que «es esencial revisar la piel tras excursiones en zonas rurales y acudir a un centro sanitario si se detecta alguna». También recomienda protegerse cuando se visiten zonas endémicas y mantener la vigilancia a la vuelta del viaje, ya que se puede portar una infección sin notar síntomas iniciales.
La estrategia de control y monitorización se refuerza actualmente a través de proyectos de 'ciencia ciudadana' como Mosquito Alert y la aplicación Garrapata Alert. Gracias a estas herramientas, la población puede remitir imágenes de garrapatas para su identificación y geolocalización por especialistas, lo que facilita la rápida actuación ante focos emergentes. «Cada vez hay más entidades dedicadas a estos porque nos preocupa», concluye García. Estas medidas, unidas a la sensibilización y la colaboración interinstitucional, resultan claves para afrontar los desafíos sanitarios emergentes que afectan a las islas.
"lo que das cuando pagas impuestos va a africa", pareces bastante listo, o sea que tú mismo.