El literario Café Gijón de Madrid fue el marco en el que tuvo lugar el jueves la presentación de la segunda edición (revisada y ampliada) de «La isla perdida. Memoria de una época de Ibiza», de Fernando-Guillermo de Castro, que acaba de ser publicada por Editorial Mediterrània. La reconocida escritora Josefina Aldecoa (que aparece en la obra junto a su malogrado marido Ignacio Aldecoa) fue la encargada de glosar el trabajo de su viejo amigo, asistida en la tarea por el filólogo ibicenco Marià Torres y por concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sant Antoni y director general de Cultura del Consell, Miquel Costa.
«La isla perdida» es una crónica, subjetiva e ilustrada, del ambiente cultural que existía en Eivissa durante los años 50 y 60. Unos años en los que por las calles de Dalt Vila, de la Marina o por Vara de Rey eran viandantes cotidianos Isidor Macabich, Marià Villangómez, los pintores Tur de Montis o Marí Ribas Portmany. Cuando el Grupo Ibiza 59 desplegaba su propuesta artística de vanguardia, y cuando la isla era frecuentada por escritores de la talla de Tristan Tzara (padre del dadaísmo), Jorge Guillén, Rafael Azcona, Camilo José Cela o el matrimonio Aldecoa.
Un ambiente cosmopolita que convivía en feliz indiferencia mutua con el autóctono, en un clima de libertad y tolerancia totalmente desconocido en la España franquista. Como bien resume Josefina Aldecoa en el prólogo a esta segunda edición de la obra: «La isla era el resumen de todo lo que se nos negaba en el Madrid de aquella época. Un clima moral relajado. Un ambiente social cosmopolita de verdad. Extranjeros que vivían un exilio voluntario en las calas azules de la isla, ajena aún a la agresión turística».