El escritor santanderino Àlvaro Pombo aseguró ayer que, sin tener falsa modestia, al igual que muchos otros colegas y escritores de su generación, ha «amado la literatura y la lengua españolas» y «trabajado duro con ellas».
Con estas palabras comenzó el escritor su discurso Verosimilitud y verdad, pronunciado durante el acto de ingreso en la Real Academia Española (RAE), donde ocupará el sillón 'j', del fallecido Pedro Laín Entralgo, al que fue propuesto por los académicos Luis María Anson, Luis Mateo Díez y Francisco Rico. El nuevo académico elogió la figura de su predecesor, Pedro Laín Entralgo, de quien aseguró que fue su primer «introductor en la vida universitaria e intelectual con su libro de 1952, Palabras menores».
«Representó para mí, en aquellos primeros años de mi apocada vida universitaria, la voz convocadora por antonomasia: todos los intelectuales españoles de su tiempo y de su misma edad, y anteriores a él, y siguientes a él, tanto de la España roja y exiliada, como de la mal llamada España nacional, estaban presentes en sus textos y en su ejemplo», afirmó.
Pombo señaló también que una de las inmensas aportaciones que Laín aportó a España y a él mismo fue «su sincera y audaz decisión de oponerse como verdadero cristiano al catolicismo retrógrado de cerrado y sacristía» que, a su entender aún evoca la Conferencia Episcopal. «Laín ha hecho posible la España respirable, a pesar de todos los pesares, en que vivimos ahora», añadió.