JULIO HERRANZ
Un parque público de la Selva Negra de Alemania acogerá en los próximos meses una escultura de Enric Majoral, que el reconocido orfebre y artista catalán residente en Formentera ha bautizado como «Abeurador d'Ocells». Porque, ademas de su realidad estética, tal será su función: servir de abrevadero a los pájaros del parque. «Es un compromiso y un reto nuevo, porque nunca he hecho una pieza de esas dimensiones: dos metros por metro y medio», explicó Majoral a este periódico.
El origen del singular encargo para un orfebre fue una exposición que presentó el artista catalán en esa ciudad del centro de Alemania, «en la que hay un parque escultórico al que invitan a diferente gente a poner su obra allí. Me pidieron hacer algo allí y me pareció un desafío interesante». En cuanto a la idea de qué podía hacer, «se me ocurrió porque en casa tengo un gibrel, al que vienen los pajaritos a beber, sobre todo en verano», señaló.
Como primer paso para el proyecto, Enric Majoral hizo «una primera pieza mucho más discreta, con un sólo recipiente de bronce sobre una peana de hierro, que es la que está instalada en mi taller de Formentera. Pero luego, junto con los alemanes, decidimos hacer el proyecto definitivo, que tiene tres recipientes de diferentes tamaños».
El cambio de proporción que significa para un diseñador de joyas atreverse con una escultura para un parque público, no parece que haya supuesto mayor complicación para Majoral. «No me he sentido muy forzado, porque la dimensión es escultura. En realidad, no se aparta tampoco mucho de mi trabajo; la única diferencia es que se ha aumentado la dimensión». Y es desde hace un año, el artista está haciendo «unos bronces que son como vasos antiguos; piezas fundidas casi como la hacían en el Neolítico»; algunas de las cuales pueden verse en la exposición permanente que la galería Art i Fang de Sant Josep tiene de sus trabajos desde hace unos días.