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Tres décadas de galería en un espacio que fue hace un siglo molino de harina

Es Molí, actualmente la más veterana de la isla en activo, fue la primera galería ibicenca con stand en Arco

Las fiestas de las inauguraciones de la galería Es Molí suelen tener un notable éxito social, como en esta exposición de Lorenzo Quinn.

JULIO HERRANZ
Con el cierre de la Van der Voort, la galería Es Molí ha quedado como la más veterana en activo de la isla, con 30 años de historia que se cumplen en 2008; aunque, como aperitivo, el pasado viernes inauguró una exposición colectiva con artistas «de la casa» para empezar a abrir boca. Pero el grueso del aniversario se concentrará el próximo año «con siete exposiciones importantes», según apuntó a este periódico Joel Roger, uno de los responsables, junto a Vetik, de este espacio artístico de la carretera de Sant Miquel (km. 1'300), habilitado en lo que fuera un antiguo molino de harina de principios del siglo XX.

Como ha pasado en tantos otros casos, el origen de la galería Es Molí tiene que ver con la fascinación que obró Eivissa en unos extranjeros, franceses en este caso. «Teníamos una galería de antigüedades y pintura antigua en Saint Germain de Pres (París); y como veníamos a la isla de vacaciones tres veces al año, decidimos instalarnos aquí e ir vendiendo poco a poco la galería de París», recordó Joel Roger. «Al principio teníamos un espacio como galería de arte y el resto para antigüedades y decoración, pero poco a poco fuimos dejando cada vez más sitio para la galería».

30 años en la brecha, con altibajos en cuanto a recepción y éxito de sus propuestas. «La gran época fue desde mediados de los 80 hasta finales de los 90», precisó el galerista, que lamenta que vayan cerrándose en Eivissa espacios expositivos de solera, como hizo hace algunos meses la galería Van der Voort. «Sí, nos hemos quedado como los más antiguos en activo. Es una pena que se cierre una galería tan importante como la Van der Voort. La causa es la crisis económica. Hay menos negocios que antes; ahora es más difícil mantener y hacer rentable en la isla una galería de arte», afirmó Roger, añadiendo que Es Molí ahora sólo abre en verano y en Navidad; el resto del año lo hace nada más con cita previa (971-310 467).

Aparte de los vernissages estivales, concurridos de glamour y vips, entre los mejores recuerdos de Es Molí figura el haber sido la primera galería ibicenca en asistir a la prestigiosa feria madrileña de Arco: «Fuímos dos veces; primero solos en el 82 y luego con la Van der Voort en el 84», precisó el galerista, añadiendo que los artistas que le han resultado más rentables a Es Molí han sido Andrés Monreal, Antonio Villanueva, James Taylor, William Fulljames y Lorenzo Quinn.

En cuanto a creadores ibicencos, la experiencia no ha resultado muy satisfactoria. «El problema con los artistas ibicencos es que tienen su clientela en la isla, y cuando hacemos una exposición suya todo el mundo viene a la fiesta encantado, pero no se vende nada. Luego, los clientes van al taller a comprarle las obras. Hicimos varias, con artistas tan conocidos como Calbet, pero no eran rentables», aseguró Joel Roger, quien también criticó la competencia desleal que hacen a las pocas galerías que quedan en la isla la costumbre, tan extendida en los últimos tiempos, de hacer exposiciones en bares, restaurantes y otros espacios. «No nos hace felices, claro, porque todo eso es una competencia fuerte para nosotros que nos quita clientes», concluyó el galerista.

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