El cantaor gaditano Juan Ramírez Sarabia, más conocido como Chano Lobato, falleció ayer en Sevilla tras una larga enfermedad. Nació en el popular barrio de Santa María, el mismo año que en Sevilla se reunían los poetas que han hecho famoso el número 27. Gaditano y flamenco desde la cuna, se inició visitando los tablaos de su ciudad natal, principalmente en la Venta La Palma, junto a Aurelio Sellé, Servando Roa y Antonio El Herrero. Estaba considerado el cantaor más grande y con mejor compás de su generación.
Chano Lobato se trasladó a Madrid para cantar en reuniones, fiestas y tablaos flamencos para luego entrar a formar parte del ballet de Alejandro Vega, experiencia que duró varios años. Su trayectoria artística prosiguió en el Pasaje de El Duque de Sevilla, en 1952, siempre cantando para bailaores. Al año siguiente fue premiado en el gaditano concurso por alegrías. Regresó a los tablaos madrileños, y posteriormente actuó en París, Roma y Londres participando en el espectáculo de Manuela Vargas. A continuación, estuvo casi 20 años en el Ballet de Antonio y actuando por los cinco continentes junto a Manuel Morao, El Serna y otros destacados artistas.
De nuevo en Sevilla, fue elegido para participar en el espectáculo de la bailaora Matilde Coral. En 1974 obtuvo el premio Enrique El Mellizo en el Concurso Nacional de Córdoba, lo que le supuso el reconocimiento de todo el estamento flamenco. También participó con gran éxito en la Cumbre Flamenca de Madrid. Ha recibido la Medalla de Plata de Andalucía, por toda una vida dedicada al Arte Flamenco y el Premio Lucas López de la Peña Flamenca El Taranto de Almería, entre otros.
Con la muerte de Chano Lobato se cierra una de la grandes generaciones flamencas del siglo XX.