El director de orquesta austríaco Franz Welser-Möst, que por segunda vez dirigirá el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, asegura que llevar la batuta en este célebre evento le produce «un sentimiento de felicidad increíble».
Pero ese efecto «nada tiene que ver con el público» mundial que sigue el más mediático de los conciertos, precisó Welser-Möst, de 52 años, poco antes de presentar el programa del evento que desde la Sala Dorada del Musikverein de Viena se transmitirá a 81 países el primero de enero.
El actual director musical general de la Ópera de Viena y director de la Orquesta de Cleveland explica que sus intensas actividades musicales no le llevan prácticamente nunca a dirigir «un concierto así». «Y luego esa música (los valses y polkas de la dinastía de los Strauss), con la cual he crecido, y poder tocarla con esta orquesta (la Filarmónica de Viena), es simplemente un sentimiento de felicidad increíble», señala.
Los filarmónicos vieneses eligen cada año el director para este concierto, y tradicionalmente el primer «bloque» del programa (de un total de cuatro) tiene algo que ver con la vida de ese director, explica.
En consecuencia, el 1 de enero se oirá, por ejemplo, el vals Aus den Bergen (Desde las montañas), de Johann Strauss, una obra que nunca ha sonado en este concierto y que ha sido elegida en alusión a una gran pasión de Welser-Möst: el alpinismo. Asegura que escalar montañas y caminar por ellas durante horas es «muy bueno para el cerebro y para el alma», algo que él hace cada vez que tiene tiempo.
Así, al recordar su gira en España hace un año y medio, resalta su agradecimiento a Alfonso Aijón, fundador y promotor de Ibermúsica, por haberle dado «el impulso» para ir el año pasado a Bhutan «a escalar montañas del Himalaya». «Porque él (el octogenario Aijón) lo hace desde hace 40 años, cada año», destaca.
Theater-Quadrille, de Josef Strauss, una pieza que también se tocará por vez primera en el próximo Concierto de Año Nuevo, ha sido elegida como una reseña a otra pasión del director austríaco, que es el teatro, sobre todo el lírico. «Estoy infectado con ese virus. No podría vivir sin la ópera», reconoce.
Precisamente, son dos grandes figuras de la ópera los homenajeados esta vez por los filarmónicos vieneses: Richard Wagner y Giuseppe Verdi, pues el bicentenario del nacimiento de ambos será festejado por todo lo alto en 2013.
Recortes
Respecto a los fuertes recortes financieros de los presupuestos culturales que se han hecho en España, se lamenta que en todas partes «la cultura es lo primero que sangra». «Políticamente, es siempre lo más sencillo. Desgraciadamente, es así en todas partes; quizás donde menos, aquí en Austria. Pero por lo demás, la cultura es siempre lo primero que sangra, y eso que en cada país, da igual que sea España, Inglaterra, o Italia, (el de la cultura) es un porcentaje diminuto del presupuesto. Fundamentalmente, podría lograrse algo mucho más efectivo en otros ámbitos», señala.
Y añade: «Lo miope en ello es siempre que una sociedad se identifica a través de su cultura y educación, y, si se recortan esos ámbitos, encuentro que es un tiro que sale por la culata».
El director de la Ópera de Viena opina, «como simple ciudadano», que «con el desarrollo político desde 1989 (en Europa) habría una necesidad esencialmente mayor de ahorrar en el ámbito militar». «Las amenazas dentro de Europa ya no están, está la OTAN. Antes de 1989 estaba la guerra fría, era una situación diferente», recuerda.