Marià Mayans Marí (Eivissa 1957) es desde el 2015 presidente del Institut d'Estudis Eivissencs. Pero antes, fue licenciado en Medicina y especialista en Estomatología por la Universidad de Barcelona, llegando a ejercer un año de práctica en la localidad barcelonesa de Santa Maria de Palautordera y luego, desde 1983 hasta el 2020, con su propia clínica en Ibiza.
En 1991 creó la Editorial Mediterrània-Eivissa, en donde publicó diversas guías en catalán, castellano, inglés, alemán y francés y de las cuales era autor tanto del texto como de las fotografías. De ellas destacaron Formentera; Eivissa i Formentera, La cuina d' Eivissa i Formentera; La historia, la terra, la gent o Guia de Dalt Vila i la Marina. También ha escrito el ensayo Santa Gertrudis 200 anys, en 1997 y con motivo de la celebración de la inauguración de la iglesia de este pueblo, e Història de l'odontologia a Eivissa i Formentera en el año 2019. También ha colaborado en publicaciones como El Pitiús, Veu d' Eivissa i Formentera y la Revista Eivissa, en el año 2003 ganó el premio de relatos cortos Joan Castelló con la recopilación Ànima nova, y en 1991 participó como coautor en La lluita per ses Salines y La mel d'Eivissa.
¿Cómo empezó su relación con el Institut d'Estudis Eivissencs?
—Me hice socio en 1983 justo cuando acabé la carrera y empecé a trabajar. Desde 1987 al 1992 estuve en la Comisión Ejecutiva, en donde era el más joven, en cambio ahora ya no, después lo dejé durante una época para dedicarme más a la familia, aunque continuaba siendo socio. Más tarde volví a la Comisión Ejecutiva y en el 2015 me eligieron presidente.
¿Qué papel jugaba la escritura en su vida?
—Para mí era una actividad secundaria a la que le dedicaba más tiempo unas temporadas que otras, dependía de muchos factores, de la familia, del trabajo… Más tarde creé la editorial Mediterrània-Eivissa que empezó como un hobby, pero que tuve que dejar porque me absorbía más tiempo del que le podía dedicar. Ahora que me he jubilado y que soy presidente del IEE, considero que hago una colaboración con la cultura.
¿Cuándo llegó a la presidencia del IEE qué cambios quería introducir?
—Siempre se intenta mejorar, a veces los que venimos de un campo de autónomos estamos acostumbrados a a hacer y deshacer en cambio aquí tienes que ir en consonancia con todo el mundo. Lo que intentamos en este momento es abrirnos a más gente que esté interesada en la cultura de Ibiza y Formentera.
¿Con qué finalidad nació y cuándo se creó el IEE?
—Fue creado en 1949 en plena postguerra y en pleno franquismo, nació como un brazo cultural del Ayuntamiento de Ibiza para dar salida a las personas que tenían cosas que decir culturalmente, para aglutinarla y poder sacar sus trabajos. Los colaboradores más destacados de esta época fueron, entre otros, Isidor Macabich, Marià Villangómez, Antoni Costa Ramon, Enric Fajarnés Cardona, Josep Costa Ramon… Pero debido a una serie de problemas, a partir de 1960 su actividad se fue apagando y a finales de 1969, un grupo de jóvenes con inquietudes culturales reanudaron el IEE, coincidiendo con una época de muchos movimientos culturales le dieron un aire nuevo más orientado a la lengua catalana. En 1970 se reactivó el IEE con el nombramiento de una nueva comisión ejecutiva cuya presidencia la tomó el alcalde de Ibiza, la vicepresidencia Josep Mari Marí, el secretario Josep Antoni Prats Riera, El secretario ejecutivo Joan Marí Tur y entre los vocales se encontraban, entre otros, Marià Serra Planells, Victorí Planells Lavilla, Isidor Marí Mayans, Maruja Roselló Prats…
¿El espíritu de lucha y de euforia de aquella época se ha perdido o continúa?
—Yo creo que seguimos con él e intentamos mejorarlo, si lo conseguimos o no, ya lo veremos, de todas formas, hay una cosa que siempre digo, que aquellas personas cuando empezaron eran muy jóvenes y hoy en día encontrar gente de esta edad tan comprometida como lo estaban ellos en estos tiempos es muy difícil.
Este mes se ha celebrado el 50 aniversario de la reanudación del IEE cómo ha sido el resultado?
—En un principio teníamos muchas ideas que no se han podido llevar a cabo por culpa de la pandemia, como la Nit de Sant Joan o las Mencions Sant Jordi, hemos tenido que adaptarnos a las circunstancias, pero el resultado ha sido muy bueno. También hemos tenido que modificar el tema del Curs Eivissenc de Cultura que se ha dedicado a las grandes pandemias de la historia, y en la última de las conferencias una mesa redonda con los sectores más afectados , las residencias, sanitarios pequeña y medianas empresas y Cáritas que son quienes la han vivido en primera línea para dar una versión diferente, también se ha retransmitido en streaming, aunque no ha sido lo mismo porque siempre al final se tomaba una copa y uno se relacionaba con gente que no se había visto hacía tiempo, pero este año no ha podido ser.
¿Cuáles son las principales actividades que desarrolla el IEE?
—Las actividades se organizan en tres grandes áreas: el estudio y la difusión cultural, la normalización de la lengua, y ecología y territorio.
En lo que se refiere al estudio y difusión cultural, ¿Qué áreas comprende?
—Realizamos El curs eivissenc de cultura que empezó en el 74, como un curso universitario de verano, al cabo de unos años se modificó un poco y se hizo temático. Y cada año trata un tema nuevo. Por otra parte, el Grupo de teatro se ha desarrollado en dos fases, la primera de 1995 a 2003 y la segunda a partir del 2016, dirigido por Vicent Tur y coordinado por Bernat Joan y Montse Montés. Este año no se ha podido representar ninguna obra debido al confinamiento a causa del Covid-19. La última obra que se representó fue No tenguis por ,el año pasado, escrita por varios autores: Bernat Joan, Vicent Tur y Josep Ramon Cerdà, además se editó en forma de libro de obra de teatro y se presentó durante la celebración del 50 aniversari del Institut en la Sa Nostra Sala. También las Mencions Sant Jordi se conceden desde el 89 a las personas que más han hecho por la lengua, la cultura y la promoción de Ibiza, el año pasado se concedió a Pere Vilás y el primer año a Toni Munné que fue el artífice que consiguió que las emisiones de TV3 llegaran a Ibiza. Además se publican la revista el Pitiús, con periodicidad anual, nació en 1989 como homenaje a Joan Castelló y como continuación del almanaque el Pitiúso que publicó entre 1945 y 1979 y la revista Eivissa, que en un principio se publicaba de forma irregular y ahora anualmente gracias a Enric Riera i Maurici Cuesta.
En el apartado de normalización de la lengua, ¿Qué actividades se realizan?
—los Cursos de catalán per a nouvinguts con ayuda económica de la Obra social La Caixa para enseñar el catalán y la cultura de las Pitiusas a los jóvenes que hablan castellano o extranjero. También tenemos el Voluntariado lingüístico que proviene del Ayuntamiento de Ibiza formado por personas que tengan tiempo y quieran enseñar a personas que quieran aprender a hablar catalán o a perfeccionarlo, no hace falta tener un nivel muy alto, solo ganas de enseñar , sobre todo es conversación, a lo que la gente tiene más miedo. Actualmente necesitamos quince voluntarios y las clases son por parejas, profesor y alumno. Uno de los trabajos más importantes se ha realizado con la normalización de la toponimia. Fue un encargo en el 78 para normalizar los 500 nombres más habituales y fijar su escritura, actualmente volvemos a trabajar con Ayuntamiento con Enric Ribes.
En cuanto a ecología y territorio, ¿Qué actividades se llevan a cabo?
—El grupo de Coneixement del medi se inició en los 70 organizado por Joan Marí Cardona con el que se realizaban excursiones de forma irregular. Después en el 95 se organizó de forma más regular dirigido por Josep Antoni Prats de octubre a mayo. A estas excursiones también se pueden apuntar personas que no sean socias.
Una de las cosas que han destacado ha sido la lucha por salvar las Salinas, ¿Qué supuso para el Institut?.
—Se pudo parar la privatización de diversas playas, desecar els estanys y parar la construir de más de 20.000 plazas turísticas en la zona de las Salinas de Ibiza y Formentera. El 29 de octubre de 1977 se realizó la primera manifestación ecologista de Ibiza y la primera de la postguerra que movilizó a la opinión pública. En 1995 el Govern Central declaró Reserva Natural las Salinas de Ibiza y Formetera y en diciembre de 2021 el Parlament Balear las declaró Parque Natural.
¿Cuáles serán las próximas actividades que se llevaran a cabo?
—A mediados de diciembre se presentará un CD con 15 canciones elegidas entre las 28 que se presentaron a un concurso convocado por el Institut con el tema de la Nit de Sant Joan, con el objetivo de promover y dinamizar las actividades culturales en las Pitiusas y ante la situación actual.
¿La gente que viene de fuera se interesa cada vez más por nuestra lengua y cultura?
—Hay un sector de la población que no se integra y viven en un gueto, otros si se interesan por la lengua catalana e intentan aprenderla. Aprender una lengua nueva cuesta un pequeño esfuerzo y sacrificio. La gente se interesa en la medida que nosotros la hacemos valer, si aumentamos su valor la gente estará dispuesta a pagar un precio para aprender. Con el voluntariado lingüístico no basta, necesitamos el apoyo de las Instituciones
¿Con cuántos socios cuenta actualmente la entidad?
—Actualmente somos 650 socios, pero hay mucha más gente que tendría que ser socia. Próximamente lanzaremos una campaña de concienciación para que la gente se haga socia. El instituto son los socios y son los que orientan su camino. Actualmente recibimos alguna subvención institucionales para la realización de publicaciones y actos concretos y alguna donación privada. Ahora puede vivir gracias a las aportaciones de los socios.
¿Cómo ve el futuro del Institut d'Estudis Eivissencs?
—Queremos que el Instituto sea además de una entidad cultural un poco más de todos con más cultura popular, por ello la última presentación se ha realizado en Santa Gertrudis, para salir de la ciudad, que aunque nació en el Ayuntamiento de Vila queremos que sea de toda Ibiza.