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Un negocio en el aire

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La reciente reunión anual de la patronal de las compañías aéreas IATA en Miami Beach ha dejado al descubierto algunos de los principales problemas de este sector, a pesar de que este año 2015 va a ser uno de los mejores, desde el punto de vista económico para los 260 miembros de la organización.

Las buenas noticias primero: los beneficios totales, de acuerdo con las declaraciones del director general Tony Tyler, serán del orden de los 25.000 millones de euros, el factor de ocupación un récord 80,2% y el beneficio neto un 4%.

Las mejoras se deben a una mayor eficiencia y a los precios bajos del petróleo. Como factores negativos figuran la fortaleza del dólar, moneda en la que se paga tanto el combustible como los leasings o alquileres de los aviones y las garantías sobre el precio del combustible.

Pongamos ahora las cifras en perspectiva. Las compañías de IATA ganaron 7,40 euros por pasajero, frente a los 160 de beneficio que tuvo Apple en el primer trimestre de este año por cada aparato vendido y unos beneficios de unos 12,2 mil millones en el segundo trimestre.

Resumiendo, una sola compañía tendrá en 2015 el doble de beneficios que el conjunto de las compañías de IATA. Aprovechando la situación, el ministro de Economía británico Cameron ha pedido a estas que pasen a los consumidores parte de los mayores márgenes que obtienen por el bajo precio del petróleo, a lo que Tyler ha respondido que por qué no le dicen a Apple que baje precios.

Otros dos asuntos han enfrentado a diversos actores de este mundo; la pelea entre el director general de Emirates, Tim Clark, que ha amenazado con represalias si las tres principales compañías americanas consiguen que el gobierno estadounidense suspenda el acuerdo de cielos abiertos de 1999 con los Emiratos Árabes Unidos, y la decisión de Lufthansa de cobrar a Amadeus 18 euros por reserva hecha a través del GDS. Decisión que están estudiando con interés otras compañías europeas. A efectos informativos: del orden del 70% de las ventas se hacen a través de GDS.

En fin, un negocio con turbulencias. A los consumidores nos interesa que estas empresas sean sólidas para que se mantenga este clima de competencia que permite una continua rebaja, en términos reales, de las tarifas aéreas.

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