Los catamaranes con fondos de cristal para observar las profundidades son lo más parecido al submarino imaginario que ideó en el siglo XIX Julio Verne. Nautilus fue precisamente el nombre escogido un siglo después por varios empresarios de Sant Antoni de Portmany para fundar una de las principales compañías de excursiones marítimas de la isla de Eivissa. Y como en las fantasías del escritor francés, la seña de identidad de la flota de embarcaciones turísticas de Nautilus Ibiza es el ‘Capitán Nemo'.
El gerente de esta empresa familiar fundada en 1987, Vicent Boned, recuerda que ese año marcó un punto de partida para el desarrollo y expansión de este sector turístico con el diseño y la construcción de un monocasco de 150 plazas al que llamaron ‘Capitán Nemo'. El pequeño ferry sustituyó a los barquitos de apenas 30 plazas cuyos fondos de cristal ya hacían las delicias de los turistas de mediados de la década de los 80.
El primer ‘Capitán Nemo', que actualmente surca las aguas de las Islas Canarias, fue pionero en las excursiones al islote de es Vedrà, al suroeste de la pitiüsa mayor, y a las islas de ses Margalides, en el norte.
Boned incide en que entonces el negocio que regentaba era el “segundo o tercer eslabón de la cadena turística” ya que su principal fuente de captación de clientes eran los establecimientos hoteleros y las agencias de viajes.
En los albores de la década de los 90 llegó la irrupción de los catamaranes, embarcaciones con dos cascos estrechos y alargados unidos por una plataforma que permitían aumentar la capacidad y ofrecer a los usuarios una mejor experiencia con fondos de cristal de mayores dimensiones. Durante los 10 años siguientes, la empresa adquirió tres de estos catamaranes, siempre con el nombre de Capitán Nemo como emblema, que operan en la actualidad con una capacidad global de 500 plazas.
TODO EL AÑO. Nautilus Ibiza ofrece sus servicios durante todo el año ya que, como apunta su gerente, en invierno las excursiones marítimas son muy solicitadas por los turistas del Imserso. Aunque no aporta importante beneficios económicos, “abrir todo el año sirve para el mantenimiento de las embarcaciones y para dar trabajo a algunas personas, lo cual es importante”, subraya Boned. Actualmente, en plena temporada turística, además de excursiones marítimas a los principales islotes y reservas del poniente pitiuso, la compañía portmanyina ofrece atractivas travesías para contemplar la puesta de sol de la bahía de Sant Antoni, una de las más espectaculares del Archipiélago.
“Es lo que demanda el turismo de la zona. Desde hace años viene mucha gente joven a la que le gusta pasarlo bien y ver la puesta de sol. Antes en nuestras excursiones hacíamos una paella y se disfrutaba de otra forma, pero ese turismo ha desaparecido. Tenemos que adaptarnos. Nosotros seríamos los primeros en cambiar el modelo si cambiase el tipo de turista, pero tenemos que dar respuesta a la actual demanda”, argumenta Boned en referencia a la “mala fama” que se asocia a este sector por las malas prácticas de algunas empresas con los llamados ‘party boats'. En este sentido, el empresario ibicenco puntualiza que en los últimos años se ha reforzado mucho la seguridad de este tipo de servicios turísticos y, en referencia a la contaminación acústica, asegura que su empresa no ha recibido ninguna denuncia en este sentido ya que, por normativa, deben alejarse de la costa antes de activar sus equipos de música.
EXCURSIONES. Una de las rutas más solicitadas es la que lleva a los tripulantes hacia la reserva de es Vedrà y las pequeñas es Vedranell. Durante el recorrido, de tres horas de duración, los visitantes pueden observar todas las calas de Cala Bassa, Cala Conta, Cala Molí, Cala Vadella, Cala Carbó y Cala D'Hort; y también las islas de Conillera, Isla de Bosque, Bledas, Espartá y es Vedrá. Durante el recorrido la tripulación invita a una copa de champán a los pasajeros, que sin embargo suelen emplear la mayor parte del tiempo en capturar con sus cámaras y móviles los espectaculares paisajes que ofrece la cara oeste de la isla de Eivissa.
Por otra parte, la excursión a las playas de poniente a bordo de catamaranes con fondo de cristal acerca a los pasajeros a las playas más atractivas de esta zona como son Cala Salada, Cala Bassa o Cala Conta, donde pueden disfrutar de aguas cristalinas para bañarse, hacer snorkel, comer en la playa y admirar las bonitas vistas del parque natural Es Amunts o los islotes de alrededor de la costa oeste.
Otra de las rutas más espectaculares es la que lleva a los visitantes por el noroeste del municipio hasta ses Illes Margalides y la playa de ses Balandres, donde se realiza un fondeo para el baño. Además, esta excursión ofrece una parada para visitar el acuario natural de es Cap Blanc (CREM), un espacio idílico que merece la pena visitar.
Como novedad, este año Nautilus Ibiza realiza los traslados a la isla de Conillera, dentro del programa de actividades de las reservas naturales des Vedrà, es Vedranell i els illots de Ponent, espacio natural protegido desde 2002. En las excursiones organizadas por las reservas se realiza una visita guiada a cargo del servicio de información y educación ambiental de Ibanat (Conselleria de Medi Ambient, Pesca i Territori del Govern de les Illes Balears). Durante estas visitas se dan a conocer los valores naturales, patrimoniales y paisajísticos de este espacio natural protegido.
La empresa recuerda que el desembarco en los islotes que forman las reservas naturales no está permitido salvo a través de las excursiones que se organizan desde Ibanat. La excursión es para un máximo de 25 personas y su duración es de aproximadamente cuatro horas.
LA EMPRESA. Nautilus Ibiza cuenta con 17 empleados en temporada alta, dos de los cuales se dedican a expender los tickets para las diferentes excursiones desde el expositor que la empresa tiene en el Passeig del Mar de Sant Antoni. La compañía ofrece descuentos en temporada media y baja y también por adquirir los billetes desde su página web: www.nautilusibiza.com. Actualmente, excursiones como la de es Vedrà tienen un precio de 24 euros para adultos, 12 euros para niños de 6 a 12 años y gratis para los más pequeños.
En cuanto al futuro del negocio dentro del sector náutico, Vicent Boned confía en un cambio del modelo turístico de Sant Antoni -en el que trabajan las administraciones y el sector privado- con tal de recuperar la esencia de sus excursiones marítimas. “La intención es mantenernos como estamos, ver cómo evoluciona este tipo de turismo para coger un camino u otro, porque ahora no vemos el camino claro. Algunos socios que estamos a punto de jubilarnos si a nuestros hijos no les gusta estar siempre en el ojo del huracán cerraremos, pero creo que sería perjudicial para la isla porque nosotros somos los que movemos a la gente. Si cada vez tienen menos ilusión por trabajar con este modelo, pues será una pena pero quizás se replanteen el negocio”, reflexiona el gerente de Nautilus Ibiza.