Cualquiera que conozca mínimamente el mercado laboral pitiuso sabe que en nuestras islas es más fácil encontrar trabajo que vivienda y los empresarios más previsores ya venían anticipando el problema que se avecinaba para la presente temporada 2022.
No te lo vas a creer, pero los problemas laborales que estamos teniendo tienen cierta similitud con la crisis de contenedores que hemos sufrido. La explicación es sencilla. Cuando todo colapsa, también el comercio marítimo, se para la producción mundial y los contenedores quedan aparcados en unos puertos sin mercancía de retorno. Cuando se reinicia progresivamente la actividad, las fábricas comienzan a producir pero no pueden dar salida a sus productos porque los contenedores siguen atascados en los puertos en los que finalizaron algún trayecto.
Pues bien, el mercado laboral local está siendo víctima de algo parecido. La larga crisis que se inicia en 2008, a partir de 2014 comienza a dar signos de recuperación marcando sucesivos crecimientos, empiezan a llegar trabajadores a nuestras islas que no solo vienen a hacer la temporada sino que fijan de manera permanente su residencia en Eivissa y Formentera.
Esto sucede hasta 2019 y en el que la llegada de esas familias genera una demanda de empleo, más o menos, creciente y estable. Cuando se va cruzando progresivamente esta demanda de empleo creciente con una oferta también, más o menos, creciente, el mercado se expande de manera robusta.
¿Pero qué sucede con la crisis de la COVID-19? Que toda la actividad se detiene y muchas de esas familias dejan de ver nuestras islas como un lugar para vivir, deciden volver a sus lugares de origen. La pérdida de músculo laboral se produce durante dos años (2020-2021) y cuando se inicia la actual temporada, ¿qué sucede? Pues que, como con los contenedores perdidos, tenemos la producción en un sitio y la fuerza laboral en sus casas.
El sector de la hostelería es consciente, ya no hay demandantes de empleo que se van pasando para dejar currículums por sus negocios y se está acostumbrando a recibir llamadas del tipo «Busco trabajo, pero ¿tienes alojamiento?» y algo similar a lo que sucedía hasta 2019 en el que a un trabajador lo primero que se le preguntaba era si tenía dónde vivir.
Para finalizar, y según he comentado con amigos empresarios del sector, se está viendo que las plantillas están infradotadas entre un 5-10%.