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El aprovechamiento de la lana se abre a la circularidad

Las pruebas piloto de compostaje que se han realizado son muy satisfactorias y podrían reconducir la situación problemática que se genera en las fincas de Menorca

Dos artesanas en Son Ángel, una de las fincas de Menorca que ha participado en la prueba piloto.

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El futuro incierto de la lana que producen las ovejas de Menorca podría tener por fin una solución tras haber dejado de ser un complemento económico para el payés y convertirse en un problema complejo por su tratamiento como residuo. La Asociación Leader Menorca, en colaboración con Mallorca Rural, han estado detrás de diversas iniciativas que buscaban poder hacer que la lana volviese a ser rentable, a la espera de resultados definitivos que pudieran aportar una solución.
Este mes de septiembre se han presentado las conclusiones de las acciones que se han estado trabajando en Menorca y Mallorca durante los últimos dos años, con propuestas prometedoras para dar salida a la lana en una jornada organizada en el Centro de Capacitación y Experiencias Agrarias de Menorca en la que participaron unos sesenta asistentes.

SITUACIÓN ACTUAL. Desde 2019 no existe en Menorca ningún gestor que se encargue de la recogida y exportación de la lana fuera de la Isla ante la falta de compradores en la Península que puedan pagar un precio que compense los costes que supone sacarla de la Isla, tal y como explica el Informe sobre la situación de la lana en las explotaciones menorquinas que ha elaborado la Asociación Leader y que se ha dado a conocer este mes de septiembre. El estudio refleja la realidad insular del ganado ovino, cuya cabaña ha disminuido en más de 4.000 ovejas reproductoras en los últimos diez años. La mayoría de las explotaciones que cuentan con ovino son pequeñas, con menos de 25 cabezas y, por lo tanto, se trata más de una actividad complementaria al resto de actividad que se realiza en el lloc.

La raza de oveja autóctona de Menorca, que hoy en día supone una cuarta parte del total de reproductores, produce más lana que otras razas de oveja de las Islas. Con los datos en la mano, desde Leader estiman que se producen anualmente unos 40.000 quilos de lana, que desde hace cuatro años ya no salen de la Isla y por lo tanto queda almacenada en las fincas en condiciones que pueden suponer un riesgo para la propia explotación. Como que la lana de Menorca no es competitiva en el mercado mundial, al cual se destina en la actualidad, es necesario encontrar soluciones que puedan contribuir a darle salida de manera distinta a la tradicional. En este sentido, el aprovechamiento de la lana cruda en la finca es la opción más viable a día de hoy teniendo en cuenta la estructura logística de las fincas y la inexistencia de otras iniciativas de mayor envergadura.

APROVECHAMIENTO. Una de las participantes en la jornada fue Sara Lechuga, técnica agroecológica de la empresa Fil de Bosc que, en colaboración de Leader Menorca, se ha encargado de hacer unas pruebas piloto entre noviembre de 2023 y mayo de este año en nueve fincas de la Isla para mostrar el potencial de la lana como ingrediente para elaborar un compost de calidad para las explotaciones agrícolas y ganaderas. Talatí de Dalt, Torretrencadeta, Son Angel, Torre Ram, Torre Vella o Llumena de’n Sebastià ha sido algunas de estas fincas donde el informe presentado confirma que las pruebas piloto de compostaje han demostrado que la lana puede ser un valioso recurso para la mejora del suelo y la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas.

La raza autóctona de Menorca supone hoy en día una cuarta parte del total de ovejas reproductoras que existen en la Isla cuya lana no es apreciada por el sector textil.

Los resultados obtenidos muestran que, con una correcta gestión y monitorización, el compuesto elaborado con lana aporta nutrientes esenciales y ayuda a mejorar la estructura del suelo, contribuyendo así a la fertilidad agrícola. Lechuga apunta en sus conclusiones la necesidad de fomentar el autoconsumo de la lana en las propias fincas, reduciendo así la dependencia de abonos externos y minimizando los residuos, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y economía circular. «El proceso ha permitido establecer una base de conocimiento útil y replicable para otras explotaciones de la isla, demostrando que la lana de oveja puede desempeñar un importante papel en la circularidad y sostenibilidad de las fincas», comenta Montse Bau, técnica responsable de Leader y responsable del diagnóstico sobre la situación de la lana en Menorca. En este sentido, la formación continua y el asesoramiento a los ganaderos serán claves para asegurar una aplicación segura y efectiva del compost en sus explotaciones.

«Después de ver estos resultados, nuestro objetivo es impulsar más este aprovechamiento agrícola no solo como compostaje sino también como acolchamiento, ya que mantiene la humedad y regula la temperatura del suelo, puesto que en un contexto de cambio climático y precipitaciones irregulares, puede ser decisiva su contribución en cultivos leñosos como la viña o el olivar», detalla Bau. Desde la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Medi Natural del Govern Balear se han editado unas guías de buenas prácticas en el aprovechamiento agrícola de la lana generada en las explotaciones agrícolas, que han convertido a Balears en una comunidad pionera.

ARTESANÍA. Durante la jornada celebrada alrededor del futuro de la lana de oveja en Menorca también se pusieron encima de la mesa otras iniciativas de trabajo artesanal que ya son una realidad y que están teniendo un importante reconocimiento social. «Hay en marcha una exposición en el Centre Artesanal de Menorca, donde se van a exponer las obras que han surgido de artesanas como Enara Ardanaz, con su proyecto Sa Llaneta», explica Montse Bau.

También se debatió sobre las características de la lana que produce la especie autóctona cuyo valor para el sector textil tradicional no es apreciada actualmente tal y como detalló en su análisis de la fibra Enric Carrera del Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de la Universidad Politécnica de Catalunya. Como contrapunto, Gemma Salvador del proyecto mallorquín Llanatura puso en valor el uso de la lana como fieltro para crear prendas únicas y diferenciadas. «Lo que nos quedó claro a todos es que el aprovechamiento de la lana en bruto en las fincas es la opción más viable en estos momentos teniendo en cuenta la estructura de los llocs y la inexistencia de otras iniciativas de mayor envergadura. También es interesante poder colaborar con los artesanos para dar este valor añadido al producto, aunque estemos hablando de pequeñas cantidades en su conjunto», concluye la técnica de la Asociación Leader Menorca.

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