No se me ocurre otra cosa, al hilo del conflicto del transporte regular por carretera, que poner de relieve el esfuerzo que harán las empresas de hostelería para cumplir con el convenio recién alcanzado. La hostelería es un sector que no goza de la simpatía de la gente joven para encontrar trabajo, por varias razones. Hay cuestiones inevitables en el desempeño del trabajo, los horarios partidos, el ritmo de trabajo con puntas intensas, trabajar cuándo los demás descansan... Pero lo que no se puede decir es que no esté compensado salarialmente. Se ha hecho un esfuerzo, que no todas las empresas van a poder digerir de la misma manera, para retribuir adecuadamente a nuestro personal.
Y visto lo que ocurre con el conflicto en el transporte, que se alarga demasiado, se visualiza con más claridad el contraste entre ambas negociaciones. Posiblemente las empresas de transporte no puedan permitirse el esfuerzo que sí harán las empresas de hostelería, pero sus representantes sindicales no quieren menos. Es en esta situación en la que se ve que la remuneración en la hostelería es competitiva, que nuestro sector es capaz de ofrecer condiciones mejores que otros, (por tanto más valor añadido) sin necesidad de alterar la paz social y llegando a acuerdos sin confrontación. Por tanto a la espera de una actividad mejor, conservemos el turismo. Hay que defenderlo y cuidarlo, por al menos dos razones: no tenemos otra cosa, y no es tan malo cómo se quiere hacer ver. Cambiando de tercio, voy dar publicidad a un dato que me asombró cuándo lo escuché, que no he sabido comprobar, pero al que doy credibilidad, pues la fuente es un profesional reputado. La tasa de absentismo del Instituto Nacional de la Seguridad Social en mayo, fue superior al 20%, creo recordar casi un 24%. Téngase en cuenta que la tasa nacional está algo por encima del 7%. Parece que hayamos puesto al lobo a cuidar el rebaño. Esto del absentismo, cuando no está justificado, es principalmente una carga de trabajo adicional para los que sí trabajan, que todavía son mayoría, incluso en el INSS. Toda una injusticia que que merece mejores instrumentos para su corrección, y sin mucha demora.