La inmobiliaria Minkner & Bonitz está orientada hacia el mercado extranjero. Su sede central se encuentra en Santa Ponça y cuenta también con oficinas en el Port d’Andratx y Son Rapinya. Además, acaba de abrir una franquicia en Santanyí, que opera con la marca Minkner & Bonitz, y tiene previsto abrir una nueva oficina en Llucmajor.
Ofrece productos exclusivos y su principal característica es el servicio post venta. «Somos una inmobiliaria especial porque facilitamos que todo el proceso de compra sea una experiencia excelente para el cliente, al que escuchamos y acompañamos en todo momento», explica el director general Marvin Bonitz, que destaca también su after sales service, el servicio postventa. «Nos encargamos de traspasar todos los servicios del vendedor al nuevo propietario, desde la electricidad, el agua, internet», asegura el director general.
Bonitz indica que el 95% de los clientes compra al contado y augura que los precios no van a bajar. «Una inmensa mayoría de compradores paga al contado, sin hipotecas. Los productos son limitados, los solares son cada día más caros y más escasos. De esta manera, es normal que los precios suban. Es inevitable. El mercado acepta estos precios y los paga. Ahora mismo, detectamos un cierto estancamiento en el mercado de las villas con un precio por encima de la decena de millones. En todo caso, nuestras previsiones son que los precios no van a bajar. Creo que en los próximos años se mantendrán estables, quizás con ligeros incrementos», señala. Alemanes, austriacos y suizos suponen el 90% de los compradores de Minkner & Bonitz, buscan en un 80% una segunda residencia y siempre un producto diferencial y con excelentes ubicaciones, habitualmente entre Son Vida y el Port d’Andratx.