Miles de místicos, hippies y vagabundos espirituales han llegado a las ruinas de las ciudades para celebrar un nuevo ciclo en el calendario maya, ignorando los temores en algunos sectores que creen que la fecha podría anunciar el fin del mundo.
Bailarines indígenas mexicanos con ropas brillantes gritaban e invocaban a un dios serpiente cerca de las ruinas de Chichén Itzá el jueves en la noche, mientras turistas esperaban el comienzo de una «era dorada» de la humanidad.
«Lo veo como un cambio de una energía, el cambio de una guardia, el cambio de la conciencia universal», dijo Serg Miejylo, un jardinero de 29 años de edad, originario de Connecticut.
Usando sandalias, fumando un cigarrillo enrollado y exhibiendo rastas rubias, Miejylo es uno de los que se incorporaron a las festividades en sitios mayas del sur de México y partes de Centroamérica.
Pero mientras la gente en el lugar estaba celebrando, el cierre del decimotercer bak'tun -un período de unos 400 años- en el calendario de 5.125 años de antigüedad de los mayas ha generado temores entre grupos en todo el mundo de que el fin de los tiempos está cerca.
Un estudioso estadounidense dijo que la fecha podría ser vista como una especie de «Armagedón» por la ilustre cultura mesoamericana, y con el tiempo la idea se convirtió en la creencia de que el calendario maya predijo la destrucción de la Tierra.
El temor a suicidios en masa, meteoritos, cortes enormes de energía, desastres naturales, epidemias o un asteroide que chocaría con la Tierra han circulado en internet antes del 21 de diciembre.
Detenciones
La policía china ha detenido a unas 1.000 personas esta semana por difundir rumores acerca del 21 de diciembre, y las autoridades en Argentina han restringido el acceso a una montaña popular entre los observadores de ovnis después de que comenzaron a extenderse los rumores de que se había planeado un suicidio masivo allí.
En Texas, el magnate de los videojuegos Richard Garriott de Cayeux decidió organizar su fiesta más elaborada a medianoche - sólo en caso de que la Tierra llegue a su fin.
Expertos en la cultura maya, científicos e incluso la agencia espacial estadounidense NASA insisten que los mayas no predijeron el fin del mundo y que no hay nada de qué preocuparse.
«Piensen en ello como el Y2K (problema del año 2000)», dijo James Fitzsimmons, un experto en la cultura maya en el Middlebury College en Vermont. «Este es el final de un ciclo y el comienzo de otro».
¿UN NUEVO AMANECER?
Optimismo de la Nueva Era, evocaciones de asombro y temor y sueños de contacto extraterrestre han llegado a los lugares históricos de esta semana - dejando a los mayas modernos perplejos.
«Es puro Hollywood», dijo Luis Mis Rodríguez, de 45 años, un maya que vende figurillas de obsidiana y recuerdos con la forma de cuchillos como los que sus antepasados alguna vez utilizaron para realizar sacrificios humanos.
En Chichén Itzá, debajo de un laberinto de pilares mayas grises y blancos, un círculo de unos 40 turistas meditaba en silencio el jueves.
En un momento dado, una mujer con una camisa rosa dijo que «la edad de oro es realmente dorada» y pidió al grupo encontrar una forma de luz para llevarlos a otra dimensión. La meditación luego se reanudó.
Momentos antes, bailarines indígenas vestidos de lino blanco, plumas brillantes y perlas sacudieron maracas y vainas de semillas del árbol de la llama al ritmo de los tambores, a los pies del templo del dios serpiente Kukulcán, un punto focal de las celebraciones del viernes.
«Pedimos a todos los hermanos de la Tierra que Kukulcán domine los corazones del mundo entero», dijo uno de los bailarines, levantando los brazos hacia el cielo.
La civilización maya alcanzó su apogeo entre los años 250 y 900 cuando gobernó grandes extensiones de lo que hoy es el sur de México, Guatemala, Belice y Honduras. Los mayas desarrollaron la escritura jeroglífica, un sistema astronómico avanzado y un calendario sofisticado.
PREDICCIONES APOCALIPTICAS
Hay una larga tradición de identificar fechas en las que acabará el mundo.
Basando sus cálculos en las lecturas proféticas de la Biblia, el científico Isaac Newton una vez citó el 2060 como el año en que el planeta será destruido.
El predicador estadounidense William Miller predijo que Jesucristo descendería a la Tierra en octubre de 1844 para purgar a la humanidad de sus pecados. Cuando esto no ocurrió, sus seguidores, conocidos como los milleritas, bautizaron el evento como La Gran Decepción.
En 1997, 39 miembros del culto de la Puerta del Cielo, creyendo que el mundo estaba a punto de ser «reciclado», se suicidaron en San Diego para abordar una nave extraterrestre que dijeron iba detrás de un cometa.
Más recientemente, el locutor de radio estadounidense Harold Camping predijo que el mundo terminaría el 21 de mayo del 2011, después de aplazar la fecha en cinco meses cuando el apocalipsis no llegó a materializarse.
Estos pensamientos estaban muy lejos de la mente quienes visitaban Chichén Itzá el viernes buscando liberación espiritual.
«Lo que espero es que dejar atrás todo el viejo sistema de creencias y todo el pasado y entrar en una nueva realidad que sea aún mejor», dijo Flow Lesur, de 48 años, una francesa que ahora vive en California que enseña yoga bajo el agua en su tiempo libre.
Faun Rouse, una visitante de 78 años de edad, de Colorado, estaba pensando en un tipo diferente de satisfacción interior cuando se le preguntó cómo iba a marcar el advenimiento de una nueva época. «Con una gran cena de filete y langosta, y luego volaré de regreso el sábado», dijo.