El atentado perpetrado ayer contra el alcalde de la principal ciudad del este de Ucrania, Járkov, complica las negociaciones para liberar a los siete inspectores militares europeos secuestrados por las milicias prorrusas.
«Esto es un acto de terrorismo político. O dejamos de resolver nuestras diferencias con la ayuda de porras y balas o empujaremos al país al abismo de la desintegración consensuada», aseguró Serguéi Tiguipko, candidato a la presidencia de Ucrania.
El alcalde de Járkov, Guennadi Kernes, que se ha mantenido durante las últimas semanas leal a Kiev, recibió un disparo en la espalda, presuntamente realizado por un francotirador, cuando practicaba deporte en plena calle.
Grave
«Su estado es grave. Presenta una herida toracoabdominal. Varios órganos han resultado afectados», afirmó Valeri Boiko, uno de los especialistas que operaron al político ucraniano. Hasta dentro de unos días no se sabrá si la vida de Kernes, cuyo pulmón e hígado resultaron perforados por impactos de la bala, ya no corre peligro.
Kernes, de 54 años, se enfrentó al principio a las nuevas autoridades ucranianas al abogar por convocar un referéndum federalista en Járkov, como piden los prorrusos, pero tras recibir una reprimenda oficial se ha mostrado contrario a la sublevación contra Kie.
Hipótesis
De hecho, el Ministerio del Interior baraja entre otras versiones que el atentado fuera cometido por grupos prorrusos que se sienten traicionados por Kernes por su falta de apoyo al movimiento separatista en Járkov, al contrario de lo que ocurre en Donetsk o Lugansk.
El alcalde es miembro del Partido de las Regiones, que era encabezado hasta hace poco por el ahora depuesto presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, actualmente exiliado en Rusia.
A su vez, el director general de la Compañía Nacional de Televisión de Ucrania, Zurab Alasania, sugirió que Rusia podría estar detrás del intento de asesinato.
Este atentado dificulta aún más si cabe la liberación de los siete inspectores militares europeos que fueron detenidos el pasado viernes por las milicias prorrusas en Slaviansk, el bastión de la sublevación en la región minera de Donetsk.
Los ministros de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y Alemania, Frank-Walter Steinmeier, abordaron ayer este asunto en conversación telefónica, después de que Berlín instara a Moscú a ejercer su influencia sobre las milicias prorrusas para que liberen a los secuestrados «inmediatamente, sin condiciones y sin daños».