El reverendo protestante Ian Paisley deja atrás una dilatada carrera sin la cual sería imposible entender casi cuatro décadas de conflicto en Irlanda del Norte, desde sus orígenes hasta su resolución.
Se le acusó de incendiar la provincia a finales de la década de los años 60 con sus soflamas anticatólicas y, al tiempo, se le elogió por protagonizar en los últimos años una de las transformaciones políticas más sorprendentes en la historia de este país.
Su muerte marca el fin de una época, pero será la historia la que lo juzgue como el hombre que contribuyó a la derrota del IRA o como el traidor que aceptó formar Gobierno con un «partido de terroristas», el Sinn Fein de Gerry Adams, según los unionistas más extremos.
Del «llevaré a la tumba mis convicciones» o el atronador «nunca, nunca, nunca», el reverendo pasó a sentarse finalmente en 2007 en un Ejecutivo de poder compartido con sus antiguos enemigos, el brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA).
Más llamativo aún resultó, sobre todo para sus correligionarios más tradicionales, la estrecha y hasta cálida relación que llegó a mantener con su adjunto en el Gobierno, el excomandante del IRA Martin McGuinness, lo que les valió el apodo de «Los Hermanos Risitas» ("The Chuckle Brothers").
Para muchos de sus seguidores, el octogenario dirigente protestante, apodado «Doc» o «The Big Man», no solo había roto su palabra, también había caído en el ridículo con las exhibiciones públicas de camaradería.
Nacido el 6 de abril de 1926 en el seno de una familia escocesa que emigró en el siglo XVII al norte de Irlanda, Paisley orientó toda su vida hacia una cruzada sin cuartel contra los católicos irlandeses empeñados en la unificación de la isla.
Al papa Juan Pablo II lo calificó de «anticristo» y últimamente cargó contra los sacerdotes irlandeses pederastas, cuando protestó por la visita del papa Benedicto XVI al Reino Unido.
Ordenado sacerdote en 1946, fundó poco después la Iglesia Presbiteriana Libre del Ulster, de la que fue nombrado moderador en 1951, y veinte años más tarde creó el Partido Democrático Unionista (DUP).
Ambas organizaciones le sirvieron tanto para defender la unión con el Reino Unido como para atacar, por ejemplo, a los homosexuales, a quienes quiso criminalizar con la campaña «Salvar al Ulster de la Sodomía».
En 1970 fue elegido diputado del Parlamento de Belfast, del que fue expulsado por desacato y, posteriormente, pasó también a ocupar un escaño la Cámara de los Comunes británica, de la que fue también expulsado en 1981 por «mal comportamiento».
En 1979 logró un escaño en el Parlamento Europeo, que conservó hasta 2003, y en los comicios autonómicos de 1998, que pusieron fin a 26 años de gobierno directo desde Londres, se convirtió en el candidato más votado y el DUP en la tercera fuerza política, un territorio desconocido para él.
Paisley se pasó casi toda su carrera en los bancos de la oposición, articulando puntos de vista reaccionarios y sin ofrecer firmes alternativas al sangriento conflicto norirlandés.
También se le acusó de crear en 1986 la «Resistencia del Ulster», un «ejército de ciudadanos» comprometidos con la defensa de la fe protestante y de la unión con la Corona británica por todos los medios posibles, incluida la lucha armada.
Irónicamente, Paisley alcanzó su cenit político al mismo tiempo que su archienemigo, el Sinn Fein, ambos ahora afianzados como los principales representantes de sus respectivas comunidades.
Al final de su carrera el reverendo demostró estar a la altura de las circunstancias y el pacto de Gobierno con el Sinn Fein parece haber puesto el punto final al conflicto.
El reverendo dejó en 2008 el puesto de ministro principal norirlandés en el Ejecutivo de poder compartido, pero había seguido vinculado a la política desde su puesto de diputado en el Parlamento de Londres hasta las elecciones británicas de mayo de 2010.
Paisley, que contrajo matrimonio con Eileen Cassells el 13 de octubre de 1956, tenía cinco hijos: Sharon, Rhonda, Cherith y los gemelos Kyle e Ian.
Éste último sustituyó a su padre como diputado en Londres tras las elecciones británicas de 2010 y sus comentarios han estado a la altura, como cuando declaró que los terroristas republicanos disidentes deberían ser «disparados en el momento».