Tres semanas después de los atentados yihadistas que costaron la vida a 130 personas en París y la periférica Saint Denis, el grupo californiano Eagles of Death Metal, que tocó en la sala Bataclan la noche de los ataques, volvió a la capital con una actuación especial junto a U2.
Era la primera vez que pisaban un escenario desde que el pasado 13 de noviembre uno de los comandos yihadistas irrumpió en el Bataclan y provocó 90 muertes.
La revista especializada estadounidense Billboard había anunciado este fin de semana que los estadounidenses iban a ser los invitados especiales de U2, pero la organización había mantenido la incógnita hasta el último momento.
Los Eagles of Death Metal tocaron anoche junto a los irlandeses en el AccorHotels Arena People have the power, de Patti Smith, y posteriormente Bono les cedió el escenario para que ofrecieran uno de sus propios títulos.
«Gracias, París, ¡Te queremos! Y gracias U2 por darnos esta oportunidad», dijo el cantante, Jesse Hughes, vestido de blanco inmaculado.
En ese mismo escenario iba a actuar U2 los pasados 14 y 15 de noviembre, días después de los atentados, pero esas fechas se trasladaron después de lo sucedido a la noche del domingo y de este lunes.
En uno de los momentos del concierto, y mientras U2 entonó parte de Ne me quitte pas, de Jacques Brel, se proyectaron los nombres de las víctimas mortales.
Está previsto que los Eagles retomen en febrero la gira europea que decidieron interrumpir tras los ataques. En las entrevistas que han ofrecido estas semanas, han expresado su voluntad de ser los primeros en actuar en el Bataclan cuando esta sala reabra, algo que sus dueños esperan que sea posible para finales del año que viene