El fiscal de París, François Molins, manifestó este viernes serias dudas sobre la identidad del presunto terrorista muerto este jueves cuando intentaba atacar una comisaría de París, a la vista de los dos nombres que se le asocian, el de un francés y el de un tunecino.
Molins, en una entrevista a la emisora «France Inter», señaló varios elementos que vienen a contradecir que el individuo sea Ali Sallah, marroquí de 20 años nacido en Casablanca, que es el nombre que dio a los gendarmes al ser detenido «hace unos meses» al sur de Francia por un robo.
«No estoy para nada seguro de que la identidad que dio sea real», subrayó antes de explicar que los servicios secretos no lo tienen fichado con ese nombre.
Además, esa identidad la «contradice un papel manuscrito» de reivindicación de su acto, que se le encontró ayer en la ropa, y donde dice ser tunecino y aparece otro nombre.
Según «BFM TV», en ese texto que el presunto terrorista llevaba encima decía llamarse Tarek Belkacem. El canal de televisión también presentó una fotografía del fallecido, en la que parece tener una treintena de años, y no los 20 que tendría de acuerdo con la identidad que dio al ser arrestado en la localidad francesa de Saint Maxime (cerca del puerto mediterráneo de Tolón) en 2013.
El fiscal, que es quien dirige la investigación, hizo notar que su ataque se produjo justo un año después del atentado yihadista contra el semanario satírico «Charlie Hebdo», con apenas diez minutos de diferencia,
Explicó que el hombre llegó corriendo a la comisaría, y que pese a que los dos agentes que estaban de guardia le instaron a que se detuviera, siguió avanzando, traspasó las barreras de protección y sacó un cuchillo de carnicero de la ropa.
Siguió su marcha incluso cuando los policías le dispararon, y eso hasta que fue alcanzado y quedó postrado en la acera.
Ese escenario llevó a afirmar al fiscal que «es un asunto que presenta en principio todas las apariencias de la legítima defensa» para los agentes.
Dijo que en su ropa se encontró un teléfono móvil que tenía una tarjeta alemana en su interior que está siendo analizada y que la investigación «determinará» si la suya fue una acción solitaria.
Preguntado sobre si se pueden multiplicar los actos suicidas, Molins respondió que lo de ayer muestra «el carácter múltiple de la amenaza» terrorista.
Por eso, añadió que no tiene «ninguna razón para ser optimista": «estamos ante un fenómeno que corre el riesgo de durar varios años».