El terremoto de 6,5 grados que golpeó el suroeste de Japón ha dejado al menos nueve muertos y un millar de heridos, entre ellos medio centenar de consideración grave, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades japonesas.
El temblor, el más dañino en el país asiático desde el que generó el tsunami de 2011, tuvo lugar a las 21.26 hora local de este jueves (12.26 GMT) en la prefectura de Kumamoto, en la costa occidental de la isla de Kyushu, y su hipocentro se situó a unos 11 kilómetros de profundidad.
Los nueve fallecidos son cuatro hombres y cinco mujeres, la mayoría de ellos mayores de 60 años, que murieron en accidentes causados por el seísmo en el distrito de Mashiki y en la ciudad de Kumamoto.
Asimismo, el terremoto ha dejado a unas 975 personas heridas, de las cuales 53 se encuentran hospitalizadas en estado grave, y a otras 44.400 personas evacuadas, según los datos más recientes.
En el distrito de Mashiki el seísmo alcanzó el nivel 7 en la escala japonesa, que se centra más en las zonas afectadas que en la intensidad del temblor.
En esta localidad, el terremoto causó al derrumbe de una veintena de casas donde quedaron atrapados algunos de sus habitantes, además de provocar varios incendios, según el departamento de bomberos de la prefectura de Kumamoto.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) no decretó la alerta de tsunami a raíz del seísmo, mientras que la empresa que opera la planta nuclear de Sendai, que se encuentra a unos 120 kilómetros al sur del epicentro y que es la única actualmente operativa en el país, informó que ésta continuó operando sin problemas.
Desde el momento del terremoto hasta las 8.00 de este viernes (22.00 GMT) se han producido 116 réplicas, según la JMA, que ha alertado de la posibilidad de que se produzcan nuevos temblores, incluso algunos de elevada intensidad.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, afirmó hoy que el Gobierno y los servicios de rescate «están haciendo todo lo posible y trabajando a contrarreloj para salvar vidas», en declaraciones realizadas tras una reunión de emergencia del Ejecutivo y recogidas por la cadena estatal NHK.
El seísmo también ha dejado unas 15.000 viviendas sin electricidad, y ha causado la suspensión del servicio ferroviario de alta velocidad (Shinkansen) en Kyushu, así como de otras líneas locales.
Se trata del primer terremoto que alcanza el nivel 7 en la escala japonesa desde el potente seísmo del 11 de marzo de 2011 que generó un devastador tsunami y dejó más de 18.000 muertos y desaparecidos en el nordeste nipón además de provocar en la central de Fukushima el peor accidente nuclear desde Chernóbil.