El expresidente egipcio Hosni Mubarak fue puesto este viernes en libertad y abandonó el hospital militar donde ha estado recluido buena parte de los pasados seis años, desde que fue detenido tras la revolución que le derrocó en 2011, informó su abogado, Farid al Dib.
El letrado detalló que el octogenario mandatario salió a las 08.30 hora local (06.30 GMT) del hospital de Maadi, en el suroeste de El Cairo, y se dirigió a su residencia en el barrio de Heliopolis, en el noroeste de la ciudad.
Su puesta en libertad se produce después de que la Fiscalía general egipcia la ordenara el pasado 13 de marzo, tras la absolución de Mubarak a principios de mes por su supuesta complicidad en la muerte de 239 manifestantes durante las protestas que acabaron con su mandato entre enero y febrero de 2011.
La absolución abrió la puerta a que el equipo defensor del exdictador pudiera solicitar a la Fiscalía que restara la condena de tres años de cárcel por un caso de corrupción al periodo que el exmandatario pasó en prisión preventiva por la represión violenta de la revuelta.
Mubarak había sido condenado en mayo de 2015 -sentencia confirmada en enero de 2016- a tres años de cárcel por apropiación de fondos públicos reservados a los palacios presidenciales y la Fiscalía consideró que ya ha cumplido esa condena.
El «faraón» fue detenido de forma preventiva en abril de 2011, poco después de haber sido obligado a dejar el poder, y ha permanecido desde entonces en la cárcel o bajo vigilancia en el hospital de las Fuerzas Armadas de Maadi, debido a su delicado estado de salud y su avanzada edad, 88 años.
Su puesta en libertad representa para muchos revolucionarios y activistas el final de los intentos de que se haga justicia por los abusos y la corrupción durante los 30 años de dictadura (1981-2011) y por la violencia durante la revolución del 25 de enero.