Más de 2.500 ciudades de Estados Unidos acogerán este sábado movilizaciones masivas bajo el lema «Sin Reyes», en protesta contra las políticas de la segunda Administración Trump. Los organizadores, una coalición formada por representantes demócratas y más de 200 sindicatos y colectivos civiles, prevén que la jornada se convierta en la mayor manifestación nacional frente a lo que consideran una creciente tendencia autoritaria dentro del país.
Las marchas «Sin Reyes» buscan denunciar los esfuerzos percibidos como intentos de «coronación» del presidente Trump y de consolidación de poder desde la Casa Blanca. Estos actos de protesta se celebran en plena crisis institucional, marcada por la continuidad del cierre del Gobierno federal. Desde el entorno republicano, se han calificado estas convocatorias como una «maniobra dilatoria instigada por los demócratas» y, según fuentes como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, como «una expresión de odio contra América».
Acusaciones cruzadas en mitad del cierre gubernamental
El desencuentro político se ha intensificado tras las declaraciones del presidente Trump, que, durante una entrevista con Fox News, responsabilizó a Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado, de priorizar la manifestación sobre las negociaciones para la reapertura del Gobierno. «No le queda otra cosa que hacer. Todo el mundo le está dando palos», denunció el mandatario. En la misma línea, Mike Johnson advirtió que los demócratas no reanudarán las conversaciones hasta después de las protestas, mientras criticaba la naturaleza de la convocatoria y asociaba a los manifestantes con movimientos como Hamás o el colectivo «antifa».
La portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, restó importancia al evento con un escueto: «A quién le importa». Paralelamente, la coalición organizadora sostiene que «se está quedando sin excusas para mantener cerrado el Gobierno», interpretando el bloqueo como reflejo del creciente autoritarismo atribuido a Trump y Johnson. «En lugar de reabrir el Gobierno, preservar cuidados médicos o reducir los costes para las familias trabajadoras, Johnson ataca a millones de estadounidenses que se reunirán en paz para decir que América pertenece al pueblo, no a reyes», explican desde la plataforma de convocantes.
Se ha instado a los participantes a vestir de amarillo, en sintonía con las protestas prodemocráticas de Hong Kong en 2019, como «una enseña optimista y visible que evoca lucha democrática y disidencia no violenta». La movilización principal tendrá lugar en Washington D.C., supervisada por la Guardia Nacional para mantener el orden, en lo que los opositores perciben como una estrategia para reforzar el control presidencial mediante la disuasión.
En la edición de junio del año pasado, la coordinación estimó unos cinco millones de asistentes. Para este sábado, esperan superar dicha cifra, incluyendo marchas relevantes en Nueva York, San Francisco, Boston, Atlanta, Chicago, Kansas y Honolulu. Además, la protesta tendrá eco fuera de EE.UU., con concentraciones previstas en ciudades europeas como Londres, París y Frankfurt, así como en España, donde se organizarán eventos en Madrid (Puerta del Sol), Barcelona (Plaza de Sant Jaume), Sevilla (Plaza Nueva - Monumento a San Fernando) y Málaga (Plaza de la Marina).
Solo el poder judicial, es lo que separa a este energúmeno de la Dictadura.