El Rey ha decidido abdicar en favor del Príncipe de Asturias para que don Felipe pueda «abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación».
«Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando», ha asegurado don Juan Carlos este lunes en la declaración institucional televisada que ha leído para explicar su abdicación.
También piensa el Monarca que esta nueva generación «reclama con justa causa el papel protagonista» y está llamada a «afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana».
Decisión
«Cuando el pasado enero cumplí 76 años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad», ha desvelado el jefe del Estado.
En su declaración, grabada esta mañana en su despacho en la Zarzuela, el Rey ha proclamado: «La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado serias cicatrices en el tejido social pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza».
«Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad», ha señalado, antes de añadir: «Y, como contrapeso, también han reavivado la conciencia orgullosa de lo que hemos sabido y sabemos hacer y de lo que hemos sido y somos: una gran nación».
«Todo ello ha despertado en nosotros un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor», ha argumentado el jefe del Estado en su comparecencia ante los españoles, junto a sendas banderas de España y la UE.
A continuación, ha recalcado: «En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco».
Generación más joven
En ese punto, don Juan Carlos ha indicado: «Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana».
Una fotografía en la que aparece junto a don Felipe y la infanta Leonor, como símbolo de continuidad de la Corona, y una imagen en la que se le puede ver con su padre, el Conde de Barcelona, acompañaban al Rey, que ha comenzado su alocución con las palabras: «Me acerco a todos vosotros esta mañana a través de este mensaje para transmitiros, con singular emoción, una importante decisión y las razones que me mueven a tomarla».
«En mi proclamación como Rey, hace ya cerca de cuatro décadas, asumí el firme compromiso de servir a los intereses generales de España -ha rememorado el Monarca-, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los protagonistas de su propio destino y nuestra Nación una democracia moderna, plenamente integrada en Europa».
«Me propuse encabezar entonces la ilusionante tarea nacional que permitió a los ciudadanos elegir a sus legítimos representantes y llevar a cabo esa gran y positiva transformación de España que tanto necesitábamos», ha indicado asimismo.
En estas palabras de recuerdo a su reinado, don Juan Carlos ha manifestado: «Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia vosotros».
«Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años» y «gratitud, por el apoyo que me habéis dado para hacer de mi reinado, iniciado en plena juventud y en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso», ha explicado.
Tras resaltar que, «fiel al anhelo político» de su padre, el Conde de Barcelona, de quien destaca que heredó «el legado histórico de la monarquía española», ha afirmado que ha querido «ser Rey de todos los españoles».
«Me he sentido identificado y comprometido con vuestras aspiraciones, he gozado con vuestros éxitos y he sufrido cuando el dolor o la frustración os han embargado», ha añadido, para subrayar: «Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles"
«Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y mi trabajo», ha explicado en este contexto, antes de señalar: «Mi hijo Felipe, Heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica».
Según ha insistido, el Príncipe de Asturias «tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación».
«Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia», ha destacado en este punto.
Por todo ello, «guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional», el Rey ha decidido poner fin a su reinado y abdicar la Corona de España, «de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales».
Así se lo ha comunicado oficialmente esta mañana al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, según ha confirmado en su mensaje, en el que ha dado las gracias los ciudadanos: «Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones».
Después de manifestar también su gratitud a la Reina, «cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca», según ha recalcado, el Rey se ha despedido así en este mensaje institucional. «Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón».