Los más destacados empresarios y banqueros españoles han acudido este sábado al funeral por Emilio Botín para arropar a su familia, a la que también ha acompañado el ministro de Economía, Luis de Guindos, y miles de cántabros, que han llenado el interior y el exterior de la catedral de Santander.
Casi dos horas antes del inicio de la misa-funeral en memoria del presidente del Banco Santander, ya había cientos de personas frente a la puerta del templo para dar su último adiós a quien fue el mayor mecenas de Cantabria, como ha recordado en la homilía el párroco de la iglesia de Santa Lucía y amigo de la familia, José Olano.
La viuda de Emilio Botín, Paloma O'Shea, ha sido la última en acceder al templo, y lo ha hecho entre aplausos de las miles de personas que se agolpaban en el exterior.
Y en el interior, donde la primera de la familia en llegar ha sido la hija y sucesora del banquero, Ana Patricia Botín, también miles de cántabros han llenado el templo para despedir a un «optimista nato», una «referencia del trabajo bien hecho», un hombre «muy bondadoso» y, sobre todo, «franco, luchador y humilde», como ha descrito a Botín el párroco de la iglesia situada detrás de la sede central del Banco Santander.
Junto a la familia, para arroparla tras el fallecimiento de Botín el pasado día 9, han acudido al funeral el presidente de Inditex, Pablo Isla; el de Telefónica, Cesar Alierta; los de La Caixa, Isidro Fainé, y Bankia, José Ignacio Goirigolzarri; así como el expresidente de esta última entidad y exministro Rodrigo Rato, y la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega.
El ministro de Economía y Competitividad ha llegado al templo casi al mismo tiempo que la viuda de Botín y, tras saludar brevemente a los hijos del banquero (Emilio, Jaime, Ana Patricia, Carmen, Paloma y Carolina), se ha sentado en el banco de autoridades junto al presidente de Cantabria, Ignacio Diego, el alcalde de Santander, y el secretario general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, amigo personal de la familia.
Los hijos del banquero, que murió en su casa de Madrid pero que ha sido enterrado en la finca familiar de Puente San Miguel, han ocupado los primeros bancos del centro de la catedral de Santander en este funeral, oficiado por el dean Francisco Sánchez, y en el que los nietos de Botín han querido tener un recuerdo hacia su abuelo.
Su nieta Carmen Ballesteros Botín -hija de Severiano Ballesteros y Carmen Botín- ha hecho la primera lectura de la misa, mientras que tres de los nietos más pequeños han dado lectura a las peticiones.
«Pedimos a Dios por el alma del abuelo Emilio», ha dicho uno de los últimos descendientes del presidente del Banco Santander.
El párroco encargado de la homilía ha asegurado que todavía nadie se ha «rehecho» del «impacto tan doloroso» que ha supuesto la muerte de Emilio Botín, cuyo fallecimiento ha lamentado porque era un hombre «lleno de vida, con proyectos» y con «muchas ganas de vivir».
El sacerdote también ha resaltado de Emilio Botín su «franqueza, su «trato directo» con todas las personas y su relación con la iglesia, porque ha considerado que el trabajo que desarrolló para convertir al Santander en el primer banco de España y Europa ya ha podido leerse estos días en la prensa.
Y, sobre todo, ha puesto énfasis en el «amor y la entrega apasionada» de Emilio Botín a su familia, que hoy ha ocupado el centro de la catedral de Santander, con sus hijos, su viuda y su hermano, Jaime, a la cabeza.
A su izquierda se encontraban los responsables de los grandes valores del Ibex junto a otros empresarios como el presidente de E.ON España, Miguel Antoñanzas, el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, el exsecretario de Estado de Economía Guillermo de la Dehesa y colaboradores directos de Emilio Botín, el director de Marketing de la entidad, Manuel Cendoya, y el responsable para la zona norte, Carlos Hazas.
Y a la derecha de la familia estaban las autoridades políticas, entre ellos la mayoría de los consejeros del Gobierno de Cantabria, los diputados autonómicos -encabezados por el presidente de la Cámara, José Antonio Cagigas-, parlamentarios nacionales, junto al ministro de Economía, en representación del Gobierno central.
La Camerata Coral de la Universidad de Cantabria, acompañada de varios solistas, ha interpretados temas de Bach, Schubert, y Mozart durante la misa, en la que también se ha escuchado el órgano de la catedral, recién restaurado gracias al apoyo económico de Emilio Botín, según se ha recordado en la homilía.