La Comisión Europea ha elevado hasta el 2,6% su previsión de crecimiento económico para España en 2018, una décima más que lo que calculaba anteriormente, a pesar de la situación en Cataluña, aunque advierte de que la crisis por el desafío independentista aún puede tener un «impacto» que no puede ser anticipado.
El Ejecutivo comunitario ha presentado este miércoles sus previsiones de invierno en las que calcula que la economía española cerró 2017 con una expansión del PIB del 3,1%, mientras que estima que el incremento en 2019 se moderará hasta el 2,1%.
«Aunque los efectos sobre el crecimiento de los eventos recientes en Cataluña permanencen contenidos, futuros acontecimientos pueden tener todavía un impacto, cuyo tamaño no puede anticiparse en este momento», advierte Bruselas en el documento, con una frase similar a la que ya expusieron en las anteriores previsiones de noviembre.
El incremento de una décima en el PIB estimado para este año se debe al «sólido impulso» registrado en la segunda mitad de 2017, que ha resultado en un mayor efecto de arrastre que el anticipado en las proyecciones pasadas.
En concreto, la Comisión Europea destaca el crecimiento del PIB en el tercer trimestre de 2017 (del 0,8%), gracias al consumo privado, a la «boyante» inversión en equipo y la contribución «positiva pero decreciente» de las exportaciones netas. La expansión en el último trimestre del año se redujo hasta el 0,7%, según las estimaciones preliminares.
«SEÑALES CONTRADICTORIAS» SOBRE PARO
Bruselas augura también que el consumo privado se desacelerará por una menor creación de empleo, aunque añade que este componente seguirá siendo el principal elemento del crecimiento del PIB. Sin embargo, señala que existen «señales contradictorias» en datos de paro por por las diferencias entre el paro registrado en las oficinas de los servicios públicos de empleo y la Encuesta de Población Activa (EPA).
«Los indicadores del mercado laboral muestran señales contradictorias, con datos de empleo administrativo con una proyección más positiva que la encuesta de población activa», indica Bruselas.
Del mismo modo, el documento subraya que se «evaporarán» otros factores que apoyaron el aumento del consumo de los hogares en años anteriores, como la mejora de las condiciones de financiación, al tiempo que el incremento de los precios del petróleo puede ser otro «obstáculo» para el consumo.
Finalmente, Bruselas estima que la inflación aumente de nuevo en la primera mitad de este año antes de recobrar una tendencia descendente a finales de 2018, debido a los efectos de base del precio del petróleo, para registrar una media anual del 1,6%.
NO CONTIENE DATOS SOBRE DÉFICIT
La Comisión Europea ha comenzado este miércoles una nueva estrategia de publicación de previsiones, según la cual publicará dos versiones provisionales en invierno y en verano y dos más amplias en primavera y en otoño, en lugar de presentar tres completas a lo largo del año.
Así, las previsiones provisionales únicamente cubrirán datos anuales y trimestrales de PIB y de inflación sobre el año en el que son publicadas y los siguientes, tanto para la UE y la eurozona en su conjunto como para los Estados miembros. Por ello, estas dos versiones no contienen datos sobre déficit público.
Bruselas ha explicado que este cambio alinea la metodología de las proyecciones europeas con las de otras instituciones internacionales, como el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).