El clima pactos entre PP y Vox que hace solo unos días fructificó con un acuerdo para gobernar juntos la Comunidad Valenciana y decenas de ayuntamientos ha estallado este martes en Extremadura, donde ya se habla abiertamente de repetición electoral, en medio de la controversia por la postura del partido de Santiago Abascal con la violencia machista. La falta de acuerdo entre ambos partidos ha provocado que el PSOE mantenga la Presidencia de la Asamblea de Extremadura y Vox se quede fuera de la Mesa de la cámara, a diferencia de en Baleares, donde los de Abascal presiden el Parlamento desde este martes gracias a un pacto entre las dos formaciones, según ha informado Efe.
La líder regional del PP y candidata a la presidencia del Gobierno autonómico, María Guardiola, ha criticado «la soberbia y el ansia de poder» de Vox que, a su juicio, puede conducir a una nueva convocatoria electoral en Extremadura, y ha asegurado: «Yo no puedo dejar entrar en el Gobierno a quienes niegan la violencia machista». «Yo no puedo dejar entrar en Gobierno a quienes niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes deshumanizan a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI», ha recalcado Guardiola durante una rueda de prensa.
Vox ha responsabilizado al PP de la falta de consenso en la constitución de la Asamblea de Extremadura que ha provocado que la Presidencia de la Cámara regional recaiga finalmente en la socialista Blanca Martín, aunque se mantiene abierto a la negociación. El vicepresidente político de Vox, Jorge Buxadé, que se ha desplazado a Mérida para asistir a la sesión constitutiva, ha dicho a los medios que lo sucedido este martes evidencia «lo que ocurre cuando se mantienen posiciones alejadas de la realidad política» y ha insistido en que su formación es «imprescindible» para construir una alternativa a la izquierda.
Ha asegurado que Vox mantiene su «mano tendida para establecer las políticas de cambio radical que necesita Extremadura y un Gobierno responsable para ejecutarlas», eso sí, sin «regalos ni chantajes», y ha puesto como ejemplo el acuerdo en Baleares para hacer presidente del Parlamento a su compañero de partido Gabriel Le Senne. Como ha mencionado Guardiola, todo esto ha ocurrido en pleno recrudecimiento de la batalla ideológica a cuenta de la violencia de género, que los pactos PP-Vox, como el suscrito ahora en la Comunidad Valenciana y el firmado hace algo más de un año en Castilla y León, reducen a violencia «intrafamiliar».
En la polémica sobre la violencia de género se ha visto implicado en las últimas horas el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que el PSOE ha acusado hoy de justificarla al hablar ayer del «divorcio duro» del candidato valenciano de Vox Carlos Flores, como han hecho las portavoces de la Ejecutiva Federal socialista, Pilar Alegría, y del Gobierno, Isabel Rodríguez. El portavoz del PP, Borja Sémper, ha aclarado que Núñez Feijóo no pretendía justificar la violencia machista sino que reproducía los argumentos de quienes minimizaron ante ellos su condena por violencia psíquica a su exmujer.