La Plaza del Pósito de Huétor Tájar, frente al Ayuntamiento de este municipio del Poniente de Granada, ha acogido el minuto de silencio con el que alrededor de 3.000 vecinos, según cálculos de la Policía, han homenajeado a los niños de diez y doce años a los que su abuelo ha matado, tras atrincherarse armado en su casa con ellos en la noche de este pasado domingo, antes de suicidarse en la mañana de este lunes.
Ha sido el punto y seguido a una jornada «para olvidar», como indicaba el alcalde del municipio, de unos 10.500 habitantes, Fernando Delgado, a los periodistas este lunes en unas declaraciones sobre un suceso sobre el que han llegado muestras de condolencias desde todas las instituciones. Así, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, decía estar «profundamente consternada por la terrible noticia del asesinato de dos menores en Huétor Tájar, presuntamente a manos de su abuelo».
Rego mandaba «todo» su cariño a «los familiares y seres queridos de los menores», incidiendo en que «la violencia contra la infancia tiene que ser erradicada» de la sociedad, en un mensaje a través de su perfil de la red social X, consultado por Europa Press.
También en redes sociales, a primera hora de la mañana, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, expresaba que se sentía «horrorizado» tras conocer que este hombre de 72 años había asesinado a sus dos nietos en Huétor Tájar, un hecho que calificaba de «terrible».
El presidente de la Diputación de Granada, Francis Rodríguez, ha trasladado su «más sentido pésame» a los familiares de los dos menores que han perdido la vida a manos de su abuelo, que se ha suicidado después, tras permanecer desde el domingo atrincherado y armado con una escopeta de caza en la vivienda.
Durante todo el día, los vecinos de Huétor Tájar han tenido sus pensamientos el accidente del coche que conducía el abuelo en la tarde del pasado 19 de marzo en término municipal de Loja, en la misma comarca, y en el que fallecía su hija y madre de los dos menores, que también iban en el vehículo.
Los niños ingresaron en un centro hospitalario con evolución favorable, sobreviviendo al accidente con su abuelo. Días después fallecía también a resultas de los traumatismos sufridos en el mismo siniestro la mujer del anciano y abuela de los menores, que también viajaba en el mismo coche.
«El accidente fue trágico para todo el pueblo» pero lo de este lunes ha sido una «tragedia total», indicó al respecto el alcalde, que suspendía en la mañana la última jornada de las fiestas por San Isidro y decretaba tres días de luto oficial en Huétor Tájar.
Los compañeros del colegio San Isidro y del instituto de Huétor Tájar en que estaban escolarizados los dos niños han recibido ayuda psicológica profesional en las aulas, junto a sus profesores, según indicaba Delgado en referencia a una asistencia especializada que activaba el servicio coordinador de Emergencias 112 Andalucía.
Los agentes de la Guardia Civil irrumpían en el domicilio en torno a las 8,25 horas de este lunes tras comprobar que no había movimientos en la vivienda familiar, momento en el que el anciano se ha quitado la vida y han hallado los cadáveres de los pequeños en dos habitaciones distintas, uno de ellos con herida de arma de fuego, según señaló en declaraciones a los periodistas el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.
Fueron varios vecinos los que alertaron al 112, en torno a las 21.45 horas, de que se estaban viviendo momentos de tensión y «conflicto» en el domicilio entre el abuelo y el padre de los menores, que en un momento dado abandonó el domicilio donde luego se atrincheraría el anciano con los menores. Fuentes cercanas a la investigación han precisado a Europa Press que al abuelo le quitaron el carné tras el accidente del pasado 19 de marzo en el que murieron su hija y su esposa, y mantenía discusiones con el yerno porque seguía conduciendo.
Las mismas fuentes precisan que fue el padre de los niños el que se presentó anoche en la casa y relató a los agentes el conflicto que tenía desde el accidente con el abuelo de sus hijos, que no le entregaba a los niños.
Hasta el domicilio se ha desplazado, entre otras dotaciones y cuerpos policiales, efectivos de la Unidad Especial de Intervención (UEI) llegados desde Madrid que han permanecido apostados junto al domicilio. Un negociador ha mantenido permanentes conversaciones con el anciano para que depusiera su actitud sin que este haya dejado «en ningún momento» la escopeta que portaba entre las manos.
Es más, a la llegada de los agentes efectuó dos disparos al aire desde la ventana para alertar de que iba armado, lo que ha llevado inmediatamente al Instituto Armado a activar el protocolo para estos casos. El contacto se cortaba sobre las 5,00 horas, cuando el hombre trasladó a los agentes que no podía continuar hablando porque en un rato debía preparar a los pequeños para ir a clase, relató Pedro Fernández a los periodistas.
Los agentes quedaron a la espera de que este hito pudiera producirse, usando los medios tecnológicos que tenían a su alcance para escuchar y visibilizar al máximo posible lo que pudiera estar ocurriendo en el interior de la vivienda. No obstante, dieron las 8,00 horas y la salida de los pequeños para ir al colegio no se produjo.
La investigación apunta, a la espera de autopsia, que antes mató de un disparo a un nieto y el otro murió por asfixia, según han precisado a Europa Press fuentes cercanas a la investigación a la espera de la autopsia.