Los dientes son una parte más de nuestro cuerpo que debemos de cuidar diariamente. Son resistentes y destacan por su dureza, pero no siempre puede ser así si se es descuidado. «Los dientes están pensados para cortar y machacar alimentos. Las consecuencias de utilizarlos para algo que no sea eso van desde el desgaste, las fisuras o las fracturas hasta las avulsiones, es decir, la salida total del diente», afirma Alfonso Jaume, odontólogo y presidente de la fundación balear Dentistas Sobre Ruedas.
Es por ello por lo que hay que tener cuidado con ellos. Uno de los factores que los daña es usarlos como herramientas. A veces, se muerden los bolígrafos o algún objeto y puede ser perjudicial. Además, que aumenta los gérmenes en nuestra boca y podemos desarrollar alguna infección.
Otro factor es apretar y rechinar los dientes, o conocido como bruxismo, que puede ocasionar daños en la mandíbula, la cara y la cabeza. El Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial causa lo siguiente: «dientes aplanados, partidos, agrietados o flojos, esmalte dental desgastado, exponiendo las capas internas del diente, dolor o sensibilidad dental».
En tercer lugar, hay que tener cuidado con el café y el tabaquismo, puesto que acaban ocasionando manchas, quitando brillo a los dientes y volviéndolos amarillos. El exceso de consumo de cítricos también es perjudicial. «Una vez entran en contacto con el esmalte provocan un efecto químico que deteriora el calcio de los dientes. Comienza a inmovilizarlo, de manera que aumenta el deterioro en los dientes haciéndolos mucho más susceptibles a los ataques producidos por las bacterias, lo que aumenta el riesgo de padecer caries», explica Rut Marín, dentista.
Por último, usar un cepillo de dientes inadecuado puede acarrear consecuencia al esmalte y ocasionar daños y debilidad en las encías, así como elevar la posibilidad de desarrollar periodontitis». Además, llevar una mala higiene bucal provoca que se desarrolle mal aliento y caries, por lo que los dientes quedan estropeados.