Te das permiso para no hacer NADA? Y cuando digo NADA no me refiero a estar en el sofá consumiendo series o enganchado a las redes, ni en un hotel con todo hecho y las actividades programadas. Me refiero a algo profundo. A dejar de lado las expectativas, los planes, las prisas y el HACER. Solo SER, ESTAR y dejar que el día fluya sin intentar controlarlo todo. Sin que nada tenga que ser de una determinada manera. Sin la necesidad de cumplir con una agenda.
En nuestro día a día, donde el ritmo parece no detenerse nunca, nos olvidamos de algo esencial: el poder del NO HACER. Vivimos en un mundo donde siempre estamos ocupados, atrapados en tareas, con la sensación de tener que hacer para conseguir, para tener más, para alcanzar más. Sin embargo, hay un gran poder en no hacer nada. En simplemente SER, que no es poco.
Sé que puede sonar extraño o incluso imposible. ¿Cómo voy a parar si todo me está esperando? Si en casa me necesitan, si en el trabajo hay mil temas pendientes, si mi vida social está llena de compromisos… El hacer está en nuestra naturaleza, nos han enseñado a valorarnos según lo que conseguimos, no según lo que SOMOS. ¿Qué pasaría si, en lugar de seguir esa rueda sin fin, decidiéramos PARAR por un momento y reconectar con nuestro SER?
EL ORDEN NATURAL: SER, HACER, TENER
La clave está en recordar un principio que a menudo olvidamos: el orden natural de las cosas es SER-HACER-TENER. Para empezar a manifestar lo que deseamos en nuestras vidas, primero debemos parar y hacer lo más importante, SER lo que realmente somos, lo que hemos venido a ser. En nuestra esencia, somos seres completos, y el solo hecho de conectar con esa verdad es transformador.
Al tomarte un tiempo para simplemente SER, para estar contigo mismo en el presente, sin que el ruido del mundo te distraiga, puedes empezar a sentir quién eres realmente, lo que te mueve, lo que deseas de verdad. Solo cuando te permites SER, desde la conexión más pura con tu Alma, todo lo demás cobra sentido.
Y aquí está la magia: cuando dejas de enfocarte en hacer para conseguir, descubres que el hacer fluye de forma natural. Las acciones que emprendes desde tu SER, desde tu esencia, son más eficaces y tienen un propósito más profundo. En lugar de ir a la deriva, corriendo detrás de tareas interminables, hacer se convierte en algo fluido, orgánico, alineado con lo que realmente deseas manifestar en tu vida.
Y finalmente, cuando el SER y el HACER están alineados, lo que tienes es mucho más que lo material. Tener no se refiere solo a cosas materiales si no a lo que nutre tu SER: paz, claridad, propósito, bienestar. Todo lo que realmente importa fluye cuando primero te permites ser y luego actúas desde esa conexión profunda con tu esencia.
EL MIEDO A PARAR
Es cierto que a veces nos da miedo parar. Nos da miedo el juicio, tanto de otros como el nuestro. Pero el juicio nace de un lugar de miedo, de una creencia errónea de que no somos suficientes si no estamos constantemente ocupados. Este miedo nos aleja de nuestra esencia. También nos da miedo el vacío y escuchar nuestra voz interior que el ruido exterior no nos deja oír. Preferimos taparla que escuchar algo que no nos gusta de nosotros mismos.
El no hacer es un acto profundo de conexión y transformación. Por eso, es importante dejar de lado esos miedos y salir de nuestra zona de confort si queremos conectar con quien somos en esencia. Cuando dejas de HACER para simplemente SER, estás creando espacio para la magia de la vida, para lo inesperado, para la inspiración que solo surge cuando nos permitimos descansar.
Este acto de parar, de salir de la rutina, no solo es necesario, es sagrado. Es un recordatorio de que somos más que nuestras tareas diarias, más que nuestros logros. Somos seres espirituales, con un propósito profundo y un poder interno que solo podemos acceder cuando nos permitimos SER.
CONECTA CON TU SER
Hoy te invito a conectar con tu SER, a hacer un alto en el camino y a regalarte el lujo de no hacer nada. Te invito a parar por unos minutos al día, o incluso unas horas, y a sentarte en silencio. No se trata de dejar de lado tus responsabilidades, ni de huir de la vida. Se trata de dar el primer paso hacia un mayor equilibrio, hacia una vida más auténtica.
Porque cuando nos tomamos el tiempo para PARAR y conectar con nosotros mismos, todo lo demás comienza a encajar. Lo que somos, lo que hacemos y lo que tenemos empiezan a estar alineados. La magia sucede cuando dejamos de forzar las cosas, cuando confiamos en el proceso de la vida. Te abres a un flujo de energía, creatividad y propósito que no solo te lleva a sentirte más alineado contigo mismo, sino también a manifestar lo que tu ALMA desea.
Sal de la rutina, haz una pausa, y regálate el tiempo de no hacer nada. Permítete SER, sentir, y conectar contigo mismo.
¿Estás listo para abrir esta puerta en tu VIDA?
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¡Feliz domingo y Abrazo del Alma!