Sabrosos, económicos y con importantes propiedades nutricionales al ser fuente de proteínas y vitaminas, los huevos son uno de los alimentos más consumidos por buena parte de la población y utilizados en múltiples platos de la gastronomía. Huevos cocidos, poché, para hacer una sabrosa tortilla de patatas o rellenos, ¿cuál es tu receta preferida?
Sin duda, las opciones son variadas, aunque la más rápida y tradicional es la del huevo frito. Puede parecer sencilla y es la preferida para muchas personas pero, ¿sabes cómo cocinar un huevo frito perfecto? ¿Qué errores se pueden cometer?
Lo primero de todo es comprobar que el huevo se encuentra en perfecto estado y que es fresco. ¿Cómo podemos hacerlo? Muy sencillo, basta con sumergirlo en un vaso con agua y sal disuelta. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), si al introducirlo permanece en el fondo del vaso, esto quiere decir que está fresco. En cambio, si flota, hay que desecharlo.
Por otra parte, «la yema y la clara deben ser consistentes y la cáscara debe estar intacta y limpia», indican. La cáscara tiene que ser un poco áspera y opaca y, si está agrietado, es mejor no consumirlo para evitar riesgos sanitarios.
Una vez que hayas comprobado que está en buen estado para su consumo, deberás tener en cuenta una serie de aspectos para evitar cometer errores. ¿Se te pega a la sartén? Este es el primer fallo. No sirve cualquier sartén para freír un huevo, ya que tiene que ser antiadherente.
Por tanto, si es antigua se estropearán los huevos (al igual que otros alimentos) y el resultado no será el esperado. Además, puede ocurrir que acabemos tirándolo porque es imposible de arreglar, por lo que estaríamos contribuyendo al desperdicio de comida.
El segundo aspecto más importante para hacer este plato: el aceite. Es cierto que se pueden cocinar con aceite vegetal o de girasol, pero el sabor será muy diferente si utilizamos aceite de oliva.
Por otro lado, muchas veces introducimos poco aceite en la sartén para evitar las grasas pero esto es un error. El resultado puede ser un huevo a la plancha, en lugar de frito. Por tanto, el aceite debería cubrir el fondo de la sartén, pero sin que el huevo flote y sin que se cubra la yema. Así evitamos que se rompa. ¿Y cómo debe estar de caliente? El aceite tiene que estar bastante caliente, pero sin que llegue a producir humo.
Es el momento de cascar el huevo, un paso más complicado. Si lo rompes directamente en la sartén, procura hacerlo a una distancia adecuada para evitar que la yema se rompa. No hay que alejarse demasiado.
Por el contrario, si te resulta arriesgado o crees que el aceite te puede salpicar, es mejor utilizar un recipiente o un bol. Cuando el aceite esté caliente echa el huevo en la sartén y no olvides salpicar la yema con la espumadera para evitar que se quede cruda.