La puesta en marcha del Next Generation UE, el fondo europeo de recuperación dotado con 750.000 millones de euros, aprobado en diciembre pasado, ha quedado paralizada por el Tribunal Constitucional alemán. Los magistrados del máximo órgano judicial de aquel país ordenan al Gobierno de Angela Merkel que no ratifique la ampliación del presupuesto comunitario, un paso imprescindible para distribuir los recursos, hasta que se haya resuelto un recurso que impide la ratificación. Ha quedado bloqueada la llegada de los 140.000 millones de euros que espera recibir España para reactivar su economía. La Comisión Europea insiste en la legalidad del fondo pero, al mismo tiempo, admite que se está demorando la ratificación en los parlamentos de los 27 estados miembros. Falta el pronunciamiento de 14 países. Las ayudas europeas se retrasarán hasta finales de año o principios de 2022, porque hasta que el plan no haya sido ratificado en sede parlamentaria, Bruselas no podrá emitir deuda, lo que tardará meses.
Ante un escenario más devastador.
El Gobierno de Pedro Sánchez está especialmente interesado en las subvenciones, ya que tiene asignados 69.889 millones en ayudas a fondo perdido. Este plan debe paliar el severo impacto de la crisis provocada por la pandemia, pero los retrasos apuntan que llegará en un escenario mucho más devastador, cuando muchas empresas no habrán logrado resistir.
Expectación en Baleares.
Al fracaso en la distribución de las vacunas que deteriora la solvencia de la Unión Europea se añade la demora en aprobar y gestionar un plan de reactivación que suscita una enorme expectación en Baleares, con numerosos proyectos y la creación de una Conselleria de Fondos Europeos. Mañana, en el Parlament, el jefe de la oposición, Gabriel Company, interpelará a la presidenta Francina Armengol sobre estos recursos, que precisa con urgencia Baleares, pero que ahora mismo están bloqueados y sin fecha de entrega.