Días atrás, un vecino de Baleares fue detenido por la Policía Nacional porque había colocado un candado en la entrada de un solar okupado. El caso ha disparado las muestras de solidaridad con el jubilado, que pasó un día en los calabozos en Palma, y ha vuelto a poner de manifiesto que la preocupación por las okupaciones va en aumento en Baleares. Otro ejemplo reciente tuvo lugar también en Palma, donde se desplazó una comisión judicial para que un banco tomara posesión de un apartamento cuyo dueño –ya fallecido– no había pagado las mensualidades de la hipoteca. Lo más llamativo es que en el rellano de la escalera, mientras un cerrajero abría la puerta para que pudieran acceder al interior, había cola de okupas interesados en quedarse con la vivienda. Incluso llegaron a pelearse entre ellos para determinar quién había llegado primero y, por ende, tenía derecho a entrar. En las Pitiusas, el último caso de okupación que ha trascendido a los medios fue la okupación de un piso en pleno paseo Juan Carlos I, además de complejos hoteleros que tuvieron que ser desalojados, como el caso de uno conocido en es Canar en 2021.
Inquietud vecinal
Lo cierto es que en los últimos meses la inquietud vecinal en el conjunto de las Islas no cesa porque los casos de okupaciones son muy mediáticos y generan alarma. Lo que no supone, afortunadamente, que se haya disparado la estadística. Los ciudadanos, en general, no entienden que se pueda actuar contra los propietarios de los pisos si deciden recuperar su vivienda y, en cambio, los okupas puedan montar fiestas y molestar a los vecinos sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo.
Crisis habitacional
Estas okupaciones se enmarcan dentro de un momento especialmente dramático en el tema de las viviendas. La crisis habitacional en Baleares, especialmente en Ibiza y Formentera, ha superado todas las previsiones y hoy en día se alquilan cuartos y habitaciones a precio que, solo unos años atrás, se pagaban por un piso. Con los alquileres por las nubes y los precios de las casas al alza, el mercado inmobiliario parece no tener techo.