La Fiscalía de Balears ha lanzado un mensaje de alerta ante la proliferación del consumo de cannabis con un aumento notable «por parte de una población cada vez más joven» y denuncia que se han detectado ya casos de inicio de consumo entre niños de nueve y diez años de edad. Así lo recoge la última memoria de la institución con una advertencia preocupante. Esta iniciación tan temprana supone un importante problema de salud pública por el riesgo de desarrollo de enfermedades mentales» que se concreta en «los aumentos de casos de esquizofrenia y bipolaridad entre adolescentes y adultos jóvenes que tienen como patrón común dicho consumo y que, una vez desarrollados, pasarán a formar parte de su realidad».
Devastadores efectos.
Nos hallamos ante una tendencia social que trata de imponer una visión positiva del cannabis como poco perjudicial para la salud y de consumo menos nocivo que el tabaco. La realidad es otra: el gran riesgo de esta droga para la conducta y la salud mental, acentuado por la que ha sido modificada genéticamente al presentar concentraciones muy elevadas de THC, su principio activo, lo que incrementa sus devastadores efectos sobre los adolescentes.
Acción policial y medidas judiciales.
Este escenario se complica cuando crece el consumo del cannabis, pero las incautaciones de esta droga se han estabilizado o han caído. Las penas por el tráfico de esta sustancia son escasas, lo que desalienta la actuación de los cuerpos policiales, con los detenidos puestos de forma inmediata en libertad y escasos ingresos en prisión. En cambio, aumentan las incautaciones de cocaína y el tráfico de esta droga en las Islas, cuyo precio ha bajado. Ante estos hechos es preciso insistir en los perniciosos efectos del consumo del cannabis, sobre todo entre los más jóvenes, MDMA y cocaína rosa o ‘tusi’. La acción policial ha de verse acompañada por severas medidas judiciales.