Afinales de octubre del año pasado, una dana sin precedentes arrasó distintos pueblos de la comunidad valenciana y causó la muerte de más de 200 personas, en un desastre que todavía se encuentra bajo investigación judicial. Este martes, la isla de Ibiza registró un diluvio histórico, que dejó más de 300 litros por metros cuadrado y anegó grandes extensiones de terreno. Afortunadamente, no se registraron víctimas mortales, aunque si dos heridos graves, cuantiosos daños en infraestructuras, mobiliario urbano, vehículos e incluso viviendas. En este escenario, la decisión de la presidenta Prohens de volar a la mayor de las Pitiusas el mismo día de la gran tormenta no puede pasar inadvertida.
Una respuesta ágil.
No hay nada que comparar, pero si en su momento la actuación de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, resultó vergonzosa, la respuesta y actitud de la presidenta Marga Prohens ha sido impecable. La líder del Govern pisó Ibiza pocos minutos después de que el tráfico aéreo se reestableciera y siguió de cerca la evolución del histórico diluvio en el gabinete de crisis que se montó ex profeso. Estuvo acompañada, además, por el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, y los cinco alcales y alcadesas de la isla, que se organizaron de forma coordinada para dar una respuesta rápida y eficaz a la tragedia. Los políticos tienen la obligación y el deber de dar una respuesta profesional a las emergencias de este calibre, y los ciudadanos tiene el derecho a recibir una atención digna.
Información.
Y no como ocurrió en Valencia, cuya desastrosa gestión provocó que las consecuencias del desastre natural se acentuaran, dejando una sensación de inacción de las administraciones que ahondó en el dolor de los afectados. En estos casos de virulentas tempestades, los primeros momentos, y las decisiones que se adoptan, son claves para el devenir de los acontecimientos. Las inundaciones en la isla de Ibiza podrían haber sido dramáticas –dada la cantidad de agua que cayó en pocas horas– pero no cabe duda que la información en tiempo real y la previsión acertada es vital para adelantarse a las catástrofes e intentar lidiar con ellas. Marga Prohens, la antítesis de Mazón, estuvo donde debía estar.