El plan de paz en Gaza, última esperanza para la paz

Después de dos años de guerra cruenta, Israel se prepara para recibir a los judíos secuestrados el 7 de octubre de 2023 por Hamás, que al parecer ha aceptado el plan de paz para Gaza. Se trata de un momento crucial en Oriente Medio, después de que toda la región estuviera a punto de explotar y que, incluso, se registraran combates directos entre Israel e Irán, las dos potencias de la zona. La presión del presidente estadounidense, Donald Trump, ha sido clave para que los terroristas islamistas, por un lado, y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, por otro, hayan aceptado las condiciones del histórico acuerdo, que puede poner fin a una carnicería sin precedentes en la franja, que ha quedado reducida a escombros y cuya reconstrucción precisará de miles de millones de euros. La victoria militar judía ha sido incontestable en el campo de batalla, pero también es cierto que los hebreos han perdido la batalla de la publicidad y la propaganda. Nunca el mundo había estado tan volcado con la causa palestina, y esto ha sido posible por los excesos militares de las tropas de Netanyahu.
No han erradicado a Hamás. También hay que hacer otra reflexión: después de 65.000 muertos en el lado palestino, y más de 2.000 en el israelí (entre los soldados caídos en combate y los asesinados a sangre fría en los ataques del 7 de octubre), no ha sido posible erradicar por completo de Hamás. Los milicianos han quedado muy tocados, pero todavía mantienen el control de la franja y cierto poder militar. Reconstruir la franja. Ahora, si se consolida la paz, toda la franja debe ser reconstruida, para devolver la dignidad perdida a sus ciudadanos. Pero también es crucial que la organización de Gaza pase a manos de otros técnicos y políticos, y que Hamás, que a todas luces es una organización terrorista, dé un paso atrás y deje el poder, tal y como ha ocurrido en Cisjordania.